"Antonio Colinas debería ser Premio Nobel"

El anterior entrevistado, José Luis Blanco, hizo esta pregunta sin saber a quién iba destinada:

Pregunta.- ¿Qué opinas de la inmigración y del problema de la vivienda?

Respuesta. Los inmigrantes son necesarios y debemos integrarlos. Respecto a la vivienda, donde haya problemas deben construirse nuevas con un formato más social, aunque sea difícil por las normas del mercado.

P.- ¿Qué es para usted ser un espíritu libre?

R.- En estos tiempos estamos muy condicionados por la política, la economía, la salud…

P.- ¿Cómo se gana la vida?

R.- Estoy jubilado, aunque parece que tengo más trabajo que antes…

P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?

R.- Alguien que no pierda la ilusión, un activista cultural. Espero conseguirlo.

P.- ¿De qué se siente más orgulloso?

R.- De haber formado una familia. También de algunas de las obras que he creado y que espero que sobrevivirán.

P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?

R.- Muchos. Uno de ellos sería dirigir el Instituto Leonés de Cultura.

P.- ¿Qué es para usted el amor?

R.- El motor del mundo.

P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?

R.- El concepto de Dios es algo inventado, pero sí creo que existe una energía que desprendemos y que sobrevivirá.

P.- Un espíritu libre al que admire.

R.- El poeta bañezano Antonio Colinas.

P.- Su nombre y su apellido le habrán marcado mucho.

R.- Mis parientes han sido muy importantes dentro del mundo de la música clásica y son muy admirados en la provincia.

P.- Bañezano, ¿con cuántos apellidos?

R.- De cuatro o cinco generaciones.

P.- Usted fue de los primeros en hablar de la gestión cultural. ¿Son importantes los gestores culturales?

R.- Fundamentales. Animo a alcaldes y concejales de cultura a que saquen la plaza porque los gestores culturales conocen las necesidades y saben cómo deben actuar.

P.- Como bañezano, supongo que andará en moto y se vestirá en el carnaval.

R.- La moto es mi asignatura pendiente. Pero en el carnaval me visto, desde luego. Formo parte del grupo cultural “La Charra”. Cantamos copla, al estilo Cádiz. Vamos a hacer 25 años.

P.- Pinta, esculpe y escribe.

R.- Como decía mi madre: “hombre de muchos oficios, pobre seguro”. Soy pintor por naturaleza, músico por genética y escritor por consecuencia de todo lo que hago.

P.- ¿Cómo se ha apañado para trabajar en tantos frentes?

R.- Tengo que pedir perdón a mi familia por haberles robado tanto tiempo.

P.- ¿Qué le sugiere Conrado Blanco?

R.- El gran mecenas cultural, junto a Juan de Mansilla. Tras años fallecido, sigue soportando con su fundación mucho de lo que se publica en La Bañeza.

P.- ¿Y Antonio Colinas?

R.- El escritor total. Tiene un universo interior inmenso y, en mi opinión, debería ser Premio Nobel.

P.- Ahora tiene tiempo para disfrutar de la Casa de la Poesía.

R.- Desde que se planificó, he podido trabajar mano a mano con Antonio Colinas. Pedimos que la Junta, el Ayuntamiento y el Instituto Leonés de Cultura sigan colaborando para que sea un centro cultural de primer orden.

P.- ¿Y qué me dice del escritor Menas Alonso?

R.- Es el autor más desconocido por la gente joven. Yo les animaría a que leyeran Vendimiario y se empapasen de una Bañeza que ya no existe, la de los años 20. Menas Alonso fue un adelantado a su tiempo.

P.- Villa Loreto es parte del escenario de esa novela. ¿Qué daría por la puesta en valor de ese espacio en La Bañeza?

R.- Habría que llegar a un acuerdo con la familia para poder hacer un centro de interpretación de la novela, organizar actos en los meses de verano… Lo conseguiremos. También llevarla al cine y a las bodegas que están surgiendo en el Jamuz.

P.- ¿Existe la posibilidad de que Teresa, la protagonista, existiese?

R.- Cuando Menas Alonso llega de Madrid, estoy convencido de que encuentra a esa mujer que le da el pie para escribir la historia. Una mujer joven, recia e increíble.

P.- Defíname el perfil del bañezano.

R.- El leonés tiene fama de huraño, pero en La Bañeza somos “muy andaluces”. Se nota que fuimos una ciudad de mercado.

P.- Déjeme una pregunta para el siguiente invitado.

R.- ¿Hacia dónde vamos?