VIOLENCIA DE GÉNERO
Cárcel sin fianza para el acusado del asesinato machista de Valladolid
La jueza imputa a Juan Carlos S. M. los delitos de homicidio, maltrato habitual, amenazas, incendio con riesgo grave para las personas y contra la seguridad vial. La causa pasa a manos del Juzgado de Violencia contra la Mujer
De la comisaría al juzgado y de ahí a la cárcel. Ese fue el itinerario que este jueves realizó el acusado de asesinar el pasado lunes 12 de agosto a su mujer en el barrio vallisoletano de Pajarillos, después de que el Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid, en funciones de guardia, ordenara el ingreso en la prisión de Villanubla de Juan Carlos S. M. por hasta cinco delitos, entre ellos uno de homicidio por arrebatarle la vida a su pareja, Mónica Álvarez.
Tras pasar a disposición judicial, el acusado salía pasadas las 15.00 horas rumbo al Centro Penitenciario de Villanubla a bordo de un furgón de la Guardia Civil tras haber prestado declaración ante la jueza que instruye el caso. Este proceso se alargó varias horas, ya que a las 11.00 horas Juan Carlos S. M ya se encontraba en sede judicial.
La titular del Juzgado le imputa hasta cinco delitos. Según el comunicado remitido por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, la causa queda abierta por los delitos contra la seguridad vial, amenazas, maltrato habitual, homicidio e incendio con riesgo grave para las personas. Las diligencias que se practiquen a lo largo de la instrucción determinarán si finalmente se le imputa un delito de asesinato, recalca el comunicado. Instrucción que, eso sí, pasa ahora a manos del Juzgado de Violencia contra la Mujer de Valladolid.
En este sentido, el delito de incendio con riesgo grave para las personas se le imputa a Juan Carlos S. M. por haber prendido fuego a la vivienda intencionada con el objetivo de eliminar las pruebas del crimen tras apuñalar a Mónica.
De igual modo, y a pesar de que era una posibilidad es estaba sobre la mesa, desde la Subdelegación del Gobierno en Valladolid también trasladaron ayer que la magistrada había optado por no ordenar la reconstrucción de los hechos en la vivienda de la calle Sisón número 4 donde fue hallado el cuerpo de la víctima y decretar directamente para el acusado prisión provisional, comunicada y sin fianza.
La opción de la recostrucción del crimen se mantuvo hasta el último momento, ya que hasta pasadas las 14.30 horas no abandonó el Juzgado el furgón de la Policía Nacional que, según fuentes de la investigación, estaba preparado para trasladar al acusado hasta los Pajarillos.
Por otro lado, las mismas fuentes de la investigación confirman que el acusado por el crimen machista de Pajarillos no declaró ante la policía, circunstancia que llevó a trasladarle a sede judicial a primera hora de la mañana donde, al parecer, no se mostró demasiado colaborativo, algo que a su vez habría influido en la decisión de la jueza de no llevar a cabo la reconstrucción del crimen.
Juan Carlos S. M, de 49 años y con historial psiquiátrico y antecedentes por atentando a la autoridad, pasó ayer a disposición judicial a punto de agotarse las 72 horas de detención que contempla la ley tras ser detenido el pasado lunes en Vigo por la Policía Local de esta ciudad. Los agentes encontraron mal aparcado el vehículo de su mujer, también de 49 años, que el acusado de matarla utilizó para huir. Tras comprobar que el vehículo estaba buscado por la Policía Nacional, los uniformados se ayudar de cámaras de vigilancia para localizar al fugitivo.
En el momento de ser detenido en Vigo, Juan Carlos S. M. se derrumbaba y entre lágrimas confesaba el crimen ante los agentes. «He hecho algo muy malo. He matado a mi mujer con un cuchillo», llegaba a reconocer.
No solo eso, sino que fuentes de la investigación confirman a este periódico que el mismo lunes, instantes después del crimen, el acusado hacía una llamada telefónica a su hermano en la que también confesaba los hechos: «He matado a Moni».
Con el ingreso en prisión de Juan Carlos S. M. se cerró ayer el primer capítulo de un nuevo caso de violencia de género que eleva hasta las 29 las víctimas de este año en España. Ha sido, sin embargo, el primer crimen de estas características en Castilla y León en lo que va de 2024, mientras que en la provincia de Valladolid no se producía ninguno desde enero de 2023 con el brutal asesinato de Paloma y su hija India a manos de la pareja de la madre.
Fue el lunes cuando los bomberos, alertados por un incendio en la vivienda que compartían Mónica Álvarez y su pareja en el barrio de Pajarillos, encontraban el cadáver de ella con varias lesiones no relacionadas con el fuego en varias partes de su cuerpo y con un cuchillo clavado en el pecho.
A partir de ese momento se ponía en marcha el protocolo para localizar a su marido como principal sospechoso y quien, tras su detención en Vigo, era trasladado el martes a primera hora de la mañana hasta la comisaría de Las Delicias en Valladolid.
Desde ese momento su declaración ante los agentes, con la incógnita de si se acogería a no declarar, se pospuso lo máximo posible para dar tiempo a la Policía Científica a recabar todas las pruebas y hacer todas las labores pertinentes en la vivienda de la calle Sisón, un proceso más complejo de los habitual debido a los daños provocados por el fuego. Sin embargo, una vez que ayer por la mañana ya no había presencia policial en las inmediaciones del domicilio se preveía primero la declaración y acto seguido que pasara a disposición judicial, como así fue.
También estaba en el aire, como el miércoles avanzaba el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, que Juan Carlos S. M. fuera trasladado hasta los Pajarillos para someterse a la recreación del crimen, posibilidad que ayer quedó totalmente descartada tras el paso del acusado por sede judicial.
En pleno verano, la muerte de Mónica Álvarez y la posterior calificación de crimen como un caso de violencia de género causó una enorme conmoción entre quienes la conocían y, en general, de toda la sociedad vallisoletana. Sus vecinos de la calle Sisón la recordaban paseando a sus tres perros por la zona, algo que según aseguraron dejó de hacer unos pocos días antes de que apareciera muerta. Asimismo, según fuentes oficiales, los tres canes perecieron a consecuencia de la inhalación de humo durante el incendio.
También quedaron muy afectados por lo ocurrido sus compañeros de trabajo de la empresa de limpiezas Grupo Osga, quienes recuerdan a Mónica como «una muy buena compañera» durante los aproximadamente dos años que formó parte de la empresa encargándose de la limpieza en la sede de la Consejería de la Presidencia de la Junta, en Valladolid.
Por otro lado, a lo largo de la jornada del miércoles, distintas administraciones convocaron minutos de silencio en señal de condena y repulsa por el crimen de Pajarillos y para solidarizarse con los seres queridos de Mónica, quien según detalló la ministra de Igualdad, Ana Redondo, se encontraba fuera del sistema VioGen de atención a las mujeres víctimas de violencia de género. Redondo, quien participó en el acto convocado por la Delegación del Gobierno en Castilla y León, quiso lanzar un «mensaje de esperanza» a las víctimas de la violencia machista y aseguró que los sistemas de protección funcionan y salvan vidas.
Junto al homenaje en la Delegación del Gobierno también hubo otros similares convocados por el Ayuntamiento de Valladolid, la Diputación Provincial y las Cortes de Castilla y León. De hecho, en otros puntos de la Comunidad también tuvieron lugar minutos de silencio, como en Palencia o Ponferrada.
Con anterioridad a todos estos actos, el martes por la tarde tenía lugar una concentración en la plaza Biólogo José Antonio Valverde del barrio vallisoletano de Los Pajarillos en la que se pudo ver el clamor unánime de alrededor de doscientas personas que se unieron para condenar y repudiar la violencia machista y rechazar el asesinato de su vecina Mónica Álvarez.
Bajo un ambiente inundado de consternación, una multitud entre la que se podían ver todavía algunos rostros de incredulidad, guardó silencio en recuerdo de la víctima.