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El Procurador pide extender las mamografías en Castilla y León a partir de los 70 años como recomienda la UE

Andalucía y Comunidad Valenciana ya realizan cribados más allá de los 69 años / La Asociación contra el Cáncer respalda la ampliación porque «muchas mujeres son diagnosticadas después de años de controles»

Unidad de Mamografía del Río Hortega, imagen de archivo. ICAL

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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Todas las mujeres residentes en España de entre 50 y 69 años están llamadas a realizarse controles periódicos y gratuitos para detectar el cáncer de mama, fundamentalmente mediante una mamografía, que es la prueba más apropiada para escrutar este tipo de tumores cuando no hay síntomas. Los programas de cribado se centran en ese intervalo de edad porque es cuando estadísticamente se diagnostica un mayor número de casos, pero la evolución de la incidencia de este tumor maligno –el más frecuente entre las mujeres en todo el mundo– está obligando a las administraciones sanitarias a revisar y actualizar los tramos donde poner el foco para mejorar su detección precoz. 

El Sistema Nacional de Salud implantó el programa de cribado gratuito en 1990. Desde entonces, todas las autonomías realizan controles preventivos que, en la actualidad, abarcan, como mínimo, a todas las residentes en España a partir de los 50 años y hasta los 69, aunque algunos territorios han ampliado esa diana.   

Castilla y León es una de las autonomías que hace unos años mejoró esa cobertura adelantando un lustro los controles periódicos: aquí las pacientes entran en el programa de detección temprana a los 45 años. A esa edad reciben una carta con la cita para su primera mamografía, una prueba  rápida y sencilla que usa bajos niveles de radiación para obtener una imagen clara del tejido mamario. A esa edad también lo hacen Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, La Rioja y Navarra.

Otras comunidades autónomas han empezado a extender esos programas de cribado por el otro extremo, el de mayor edad. Es el caso de Andalucía y Comunidad Valenciana, que lo están implantando de forma progresiva por encima de los 69 años. Y el ‘defensor del pueblo’ de Castilla y León quiere que nuestra Comunidad también siga ese ejemplo. 

Datos del Cáncer de Mama en Castilla y León.- E.M.

En una resolución de oficio, el Procurador del Común acaba de pedir a la Consejería de Sanidad que extienda los controles a mujeres de entre 70 y 74 años . Además, emplaza a la Junta, a plantear esta ampliación en el Consejo Interterritorial para blindar los cribados en todo el país entre los 45 y los 74 años, incluyéndolos en la cartera nacional de salud, con un acuerdo entre las autonomías que garantice los recursos necesarios para realizar estas pruebas. 

En su escrito, Quintana apoya su argumentación en las nuevas recomendaciones del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, basadas a su vez en la evidencia científica. A finales de 2022, la UE actualizó su indicación y emplaza a los estados a realizar controles periódicos y preventivos a mujeres de entre 45 y 74 años. 

En su resolución, Quintana destaca que «la incidencia del cáncer de mama sigue siendo relevante en nuestra Comunidad –supone el 10,78% de todos los diagnósticos de cáncer en Castilla y León– y «es previsible que en los próximos años aumente el número de casos de este tipo de cáncer, circunstancia que exige avanzar en la investigación, en la prevención y mejorar la gestión de los procesos asistenciales de las mujeres pacientes de cáncer de mama». 

La Consejería de Sanidad –con la que Tomás Quintana no ha contactado para la tramitación de esta actuación de oficio– tiene dos meses para responder comunicando de forma motivada si acepta o no esta resolución. Preguntado a este respecto, el departamento que dirige Alejandro Vázquez ha rechazado pronunciarse antes de remitir su contestar al Procurador del Común. 

Desde la Asociación Española Contra el Cáncer en Valladolid, su gerente, Luisa Lobete, celebra que el Procurador del Común se haya hecho eco de esta recomendación al valorar que sería «muy acertada» la ampliación del programa por encima de 70 años. 

La iniciativa es «fantástica» porque «las mujeres vivimos cada vez más años», sostiene Lobete. La creciente esperanza de vida es un factor muy relevante, en especial en territorios envejecidos como éste. 

La responsable de la Asociación Contra el Cáncer en Valladolid valora el esfuerzo para vigilar las posibles patologías mamarías entre los 45 y los 69 años en Castilla y León.  «Pero vemos que muchísimos casos se siguen diagnosticando a partir de los 70 años, después de estar años haciéndose los controles», relata. 

Los datos del Observatorio contra el Cáncer de la propia asociación avalan esta tendencia. En Castilla y León se detectaron el año pasado 1.938 nuevos casos, de los cuales 710 fueron en mujeres con 70 ó más años. En concreto, fueron diagnosticadas 176 de entre 70 y 74 años y otras 533  mayores de 75. Es decir, más de un tercio (el 37%) de los carcinomas fueron en mujeres a partir de los 70 años. 

Otro 53% de las mujeres tenían entre 45 y 69 años, que es el rango de los cribados: fueron 1.027 casos detectados, ya sea a través de los controles preventivos o a raíz de la aparición de algún síntoma. 

En los tramos más jóvenes la incidencia es mucho menor: se dieron 112 casos en mujeres de entre 40 y 44 años (el 6%) y otros 89 en chicas de entre 15 y 39 años (el 5%).  

Quintana «reconoce el esfuerzo realizado» por la Junta  al incluir a las mujeres que cumplen 45 años en el programa, que permite «detectar esta enfermedad en etapas iniciales, reducir la morbilidad y la mortalidad prematuras del cáncer y mejorar la calidad de vida de las pacientes». 

La detección temprana de este tipo de tumores es crucial para reducir la mortalidad y también para mejorar la calidad de vida de las pacientes porque, detectados a tiempo, pueden evitar, por ejemplo, cirugías más agresivas, como una mastectomía, o prescindir de tratamientos con notables efectos secundarios para combatir la propagación de la enfermedad, como la quimioterapia o la radioterapia. 

Pese a los riesgos de los cribados –que también los hay y enumera el Procurador, como el sobrediagnóstico, el sobretratamiento o los falsos positivos y falsos negativos–, la detección temprana es crucial para la supervivencia por esta enfermedad.  También apoya esta idea la gerente de la Asociación contra el Cáncer al entender que «tiene que primar la salud» y la detección precoz «compensa» el margen de riesgo de los protocolos de cribado . Pone como ejemplo Navarra, pionera en ampliar la cobertura de los controles y que hoy cuenta con los mayores niveles de participación del país y unos resultados en diagnóstico precoz que son los mejores de España. 

Según los datos de la Consejería de Sanidad, la red pública de Castilla y León realizó el año pasado 122.413 mamografías dentro de los programas de prevención en las nueve provincias. De ellas, 7.898 fueron sospechosas (el 6,5% del total), lo que supuso derivar a las pacientes a las unidades de patología mamaria de cada hospital para realizar pruebas adicionales (generalmente ecografías, biopsias o nuevas pruebas de imagen) que pudieran confirmar o descartar el diagnóstico. Por provincias, el porcentaje de mamografías de cribado positivas varía desde el 4,6% de Zamora al 9,5% de Soria. 

En las últimas dos décadas, el número de mamografías preventivas ha aumentado de forma gradual (a excepción de 2013 y 2020, años de crisis económica y pandémica, respectivamente) y se mantiene por encima de las 120.000 pruebas anuales. 

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En cuanto al porcentaje de mamografías positivas, se ha pasado del 2,4% en 2004 a rondar el 7% en los últimos años.