Diario de Castilla y León

Primera semana de la Ley Trans: "El DNI de mi hija al fin recogerá su identidad"

La hija de María José está en lista de espera en el Registro Civil de Valladolid para cambiar su nombre y su sexo / Siete personas presentan un escrito de solicitud para una ‘rectificación registral de sexo’ 

La vallisoletana María José Fernández

La vallisoletana María José Fernández

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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Cuando la hija de María José quería entrar en una discoteca y le pedían el DNI se producía una situación incómoda. «Tenía que justificarse porque su identidad no cuadraba con lo que ponía», afirma esta vallisoletana, cuya hija, al día siguiente de la aprobación de la Ley Trans , «se apuntó en el Registro Civil de Valladolid » para llevara a cabo una ‘rectificación registral de sexo’, tal y como permite la nueva norma. Y está pendiente de que le citen para una comparecencia.

La  hija de María José tiene 18 años y «ya está en una lista de espera» en el registro para iniciar el proceso administrativo. «Al fin ya no tendrá que dar explicaciones por su DNI y este recogerá su verdadera identidad. Tendrá la que le corresponde y nadie la tiene que juzgar por nada», celebra.

Tal y como explican desde el Ministerio de Igualdad, la nueva legislación, que entró en vigor el pasado 2 de marzo, permite un trámite «que posibilita el cambio de la inscripción relativa al sexo de una persona en el Registro Civil, cuando dicha inscripción no se corresponde con su verdadera identidad de género, y se contempla el cambio de nombre propio para que no resulte discordante con el sexo reclamado». 

Siete personas han presentado un escrito de solicitud en el registro civil vallisoletano para una ‘rectificación registral de sexo’ en la primera semana de la nueva ley, y están «a la espera de fijar la fecha para la comparecencia correspondiente en la que se efectuará oficialmente el trámite que impone la ley 4/2023, de 28 de febrero», y hasta una treintena se interesa por los trámites necesarios para llevar a cabo estos cambios, según informa Europa Press, que agrega que «la totalidad de las 31 personas que ha pasado hasta el momento por el Registro Civil de Valladolid desean que se recoja su condición de mujer y que la franja de edad es muy amplia y variada, algunos de ellos sexagenarios».

Registro Civil de Valladolid. E.P.

Registro Civil de Valladolid. E.P.

Explica a este diario María José que en su familia esperaban con ganas esta Ley, que no está precisamente exenta de polémica. «Es muy importante. Ahora mi hija es feliz . Está esperando los trámites para sus papeles legales. La mala suerte es que están en huelga y eso lo retrasará un poco, pero es algo que necesitaba», afirma.

María José lamenta las trabas encontradas en el camino. «La vida de mi hija ha sido más difícil por ser trans. Hay mucha transfobia en Valladolid, pero por falta de información», apunta, y relata, sin entrar en demasiado detalle porque recordar le hace daño , «lo mal que se lo hicieron pasar en el colegio y el instituto» a su hija.

«Se levantaba cada mañana y la animábamos y le dábamos fuerza. Le decíamos que fuera con la cabeza alta y que la indiferencia era la mejor respuesta, pero era duro. Entraba en el instituto pensando ‘a ver qué me encuentro hoy’».  Tanto, que terminó dejando las clases. «Le hacían bullying. El problema no lo tenía mi hija, sino los otros chicos y chicas con los ojos con los que la miraban. Pusimos en una balanza su sufrimiento y el título de la ESO y la sacamos del instituto. Ella lo obtuvo por otra vía. Es una pena que al final el acosado sea el que se tiene que ir», critica.

También ha pasado lo suyo en instalaciones sanitarias. «De ir al hospital y que le dijeran ¿Cómo va a ser mujer? Y es que figura como mujer en la Seguridad Social, pero su nombre todavía no cuadra», aclara quien, sin embargo, agradece al equipo médico tanto de Primaria como del Río Hortega que la han acompañado «durante su tránsito».

Por su experiencia, y porque no es ajena a la controversia suscitada, hace un llamamiento a otras madres y a otros padres: «A esos padres y madres a los que un niño o un adolescente les presente estas cuestiones, les digan que tienen dudas o que nos las tienen, que sepan que cada uno tiene sus tiempos y que hay que respetarlos. Les diría que escuchen a sus hijos , que no son modas, que los padres son pilares fundamentales y si un padre decae, el hijo se hunde».

Ella presume de la unión de su familia. «Tengo una hija trans maravillosa y estoy muy orgullosa de ella», subraya.

Desde la Fundación Triángulo de Castilla y León , su presidenta, Yolanda Rodríguez, destaca que las cifras del Registro Civil de esta primera semana «reflejan la realidad de muchas personas que estaban hasta ahora esperando a tener una norma que no las obligase a presentar un sinfín de informes médicos delante de el funcionario y que esos informes médicos muchas veces impidieran seguir un trámite que nosotros creemos que es absolutamente necesario, que es el del reconocimiento de la identidad de género de esas personas por su propia voluntad y por su propio convencimiento con la realidad que viven».

 «Es un cambio absolutamente radical en su vida , porque es presentarse ante la sociedad como son, es decir, no tener trabas cuando vamos a hacer un contrato de trabajo en el que tu documento de identidad antes reflejaba un nombre que no se adecua con tu sexo sentido y con tu sexo percibido por otras personas, o, por ejemplo, en los centros educativos uno de los principales problemas que tienen las personas trans, tanto hombres como mujeres trans, es que precisamente los profesores muchas veces se han negado a llamarles por el nombre que ellos querían y que era acorde al sexo sentido que en ese momento manifestaban y eso provocaba muchísimos casos de bullying, de burlas y de todo tipo de acciones que no facilitaban para nada el desarrollo de esa persona joven y, sobre todo, que atentaban contra su dignidad», señala.

Rodríguez también añade que similares complicaciones se extrapolan al ámbito de la sanidad: «Una adolescente, que sea una mujer trans y que con 17 años va a un centro de salud. Su aspecto y cómo la percibe la sociedad, cómo se plantea su vida, corresponden con una vida de mujer y cuando va al médico tiene que enseñar un documento del Sacyl donde pone que se llama Tomas, por ejemplo». 

Con la nueva norma, a juicio de la presidenta de Fundación Triángulo en Castilla y León, llega «un cambio absolutamente fundamental y que supone de la noche al día tener ese reconocimiento social y que avances en derechos en todos los campos».

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