Diario de Castilla y León

Candidata al Rectorado de la Universidad de Valladolid

Helena Castán: «Han pasado cuatro años desde el proyecto de Largo y la Universidad no ha mejorado»

Convencida de poder crear una ‘marca UVa’ para que los estudiantes tengan el «sentimiento de pertenencia» a la universidad. Helena Castán presenta un proyecto «original» frente a los «más tradicionales» de Largo y González. Fue expulsada del equipo de Largo a mitad de legislatura y, tras dos años frenéticos, apostó por presentar su candidatura para poder convertirse en la primera mujer al frente de la Universidad de Valladolid.

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Rodrigo de la Hera

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Pregunta- Casi 800 años desde que se fundó la Universidad de Valladolid y puede ser la primera mujer al frente del Rectorado.

Respuesta- Eso es cierto. En toda la historia no ha habido una mujer rectora. No cabe duda que es un verdadero honor, sobre todo para que sea esa asignatura pendiente que se pueda superar, que se quede en una anécdota y que nunca tengamos que volver a pensar en el género de los candidatos ni de los profesores.

P.- De los últimos cuatro años, liderados por Antonio Largo, usted ha participado en dos de ellos. ¿Qué tiene que decir de la gestión?

R.- La cuestión está en que han pasado cuatro desde que presentó su proyecto, de una nueva Uva, y los datos objetivos demuestran que la Universidad no ha mejorado. Esa es la razón que a mí me ha animado a presentarme.

P.- ¿Hubiera cambiado algo? 

R.- Sí, hubiera apostado por cumplir el programa de gobierno, por intentar modificar la universidad. Las razones por lo que digo esto es, por ejemplo, porque se habla del envejecimiento de las plantillas y del exceso de profesorado precario, eso se decía en 2018. Si miramos los datos resulta que, en 2018, teníamos un número de profesores a tiempo completo era prácticamente idéntico al que tenemos ahora. Lo más importante es la edad. La edad media está ahora en 54 años y estas personas jóvenes, que son las que vienen a dar el relevo, tienen una edad media de 40 años. Eso no es un rejuvenecimiento de las plantillas.

P.- ¿La Universidad de Valladolid qué ofrece ahora a sus jóvenes?

R.- Ofrece unos contratos precarios, unos contratos a tiempo parcial. Eso es en lo que falla la Universidad de Valladolid. Nosotros pensamos que hay que aprovechar una cantera, hay que hacer una cantera, y eso pasa por conseguir un número muy elevado de doctores. Aquí se han puesto las cosas de tal manera que conseguir hacer una tesis doctoral es difícil porque necesitas un contrato predoctoral y se dan muy pocos y en las áreas de mayor potencia investigadora.

P.- Usted habla del programa de Antonio Largo, en el que participó desde el principio. Habla de que no se ha cumplido pero el rector asegura lo contrario, que se ha cumplido en su gran mayoría.

R.- La valoración que él hace y cómo la hace no voy a entrar, no me corresponde. Era un programa transformador, cuyo lema era la nueva UVa. Si realmente se hubiera cumplido ese porcentaje, se hubiera notado una gran transformación y el hecho es que no lo hemos notado. Yo creo que la cuestión está no en las palabras, sino en los hechos. Siempre me guío por los datos objetivos y creo que mi análisis es bastante correcto si digo que no se ha cumplido por lo menos el espíritu del programa de gobierno.

P.- ¿Cómo salió del equipo de Largo?

R.- Fue una decisión del rector. En el ecuador de su mandato, hizo una remodelación.

P.- ¿Se planteó ahí la candidatura?

R.- No. Cuando abandoné el equipo volví a mi actividad docente e investigadora. Han sido dos años de una actividad muy intensa pero no he dejado de estar atenta, en ningún momento, de la gestión. 

P.- Estos dos años le impulsaron entonces.

R.- Sí, porque yo he visto que las cosas no mejoraban pero a mí se me ocurrían ideas. También ha habido una falta de diálogo muy grande en estos dos últimos años. Me parece una pena que la universidad no sea un hervidero de ideas y en los claustros prácticamente no se habla. Entonces me dije: ¿Por qué no presentarme yo?

P.- Ahora son rivales.

R.- Yo creo que no hay que verlo como una rivalidad, también hay un tercer candidato. 

P.- ¿Qué puntos en común y en contra tiene con los otros dos candidatos?

R.- Mi propuesta es bastante diferente, por decirlo así, original. Una cuestión relevante es mi absoluto convencimiento de que se pueden cambiar las cosas. Con ideas, con ganas, con determinación. Nosotros no nos resignamos. Estamos seguros de que si ofrecemos algo interesante, los estudiantes se quedarán. Creemos profundamente en las cuestiones que llevamos en el programa. Yo creo que los otros dos programas pueden tener una concepción más tradicional.

P.- Habla del ‘hervidero de ideas’. ¿Sobre qué ejes se mueve su programa? Más allá del rejuvenecimiento de la plantilla.

R.- Se basa, desde luego, en tratar de atraer estudiantes. Queremos estimular el sentimiento de pertenencia, de ser una verdadera comunidad. La marca ‘Uva’. También he oído que los estudiantes están de paso, que son nuestros clientes. Nada más lejos de la realidad. Creemos que los estudiantes tienen que adquirir una impronta que les una para siempre con la Universidad de Valladolid. Que los que se van fuera actúen como embajadores. Eso me parece bastante novedoso.

P.- ¿Qué medida sería la más urgente?

R.- Lo más urgente es que los egresados puedan trabajar en condiciones dignas y asegurarnos de que las personas que se van jubilando que tengan a alguien que cubra su hueco. Anticiparse a esas jubilaciones.

P.- Con gente joven, claro.

R.- Sí, con gente joven. Pero lo ideal es anticiparse. Que coexistieran unos años las personas que se van a jubilar con los jóvenes que entran, no los de 40 años que, además, vienen de fuera. Una especie de hilo conductor.

P.- Todo esto se relaciona con la despoblación que sufre Castilla y León. No es tanto atraer talento, sino retenerlo.

R.- Eso es. Es una idea muy interesante. Realmente, nuestro planteamiento debe ser ‘tenemos que retener el talento’, una cuestión de alimentación. Hay cuatro campus con titulaciones que pueden atraer a muchos estudiantes, entonces, si nosotros conseguimos dignificar estas carreras atraeríamos a estudiantes y, a su vez, activarían estas ciudades aquejadas de despoblación. 

P.- ¿Qué medidas concretas plantea para ello?

R.- Una de ellas es desarrollar unos programas de cursos de verano en la Uva, que pueden ser de índole académica, cultural, de idiomas, deportiva… Si hacemos esos cursos para alumnos de bachillerato los fidelizamos para la universidad; si hacemos esos cursos para estudiantes de grado, más académicos, una pincelada de lo que se puede cursar en los másteres, a lo mejor conseguimos engancharlos y que se quieran quedar.

P.- Hablábamos de los cuatro campus. ¿Cómo dar mayor visibilidad a Soria, Palencia y Segovia?

R.- Tratando de verlos como un todo. La marca Uva debe ser idéntica en los cuatro campus. Cuando hablamos de actividades y propuestas no deberíamos distinguir entre unos y otros.

P.- La investigación es uno de los pilares de la Uva. ¿Qué rama le gustaría fortalecer?

R.- Sí es cierto que hay que fortalecer algo. La investigación en la Universidad de Valladolid, desgraciadamente, ocupa lugares muy poco adecuados en los ranking a pesar de que se trabaja con intensidad. Pienso que en los últimos años no se ha llevado una política adecuada de fomentar la investigación en todas y cada una de las áreas de conocimiento.

P.- ¿Tiene pensado implantar nuevos grados?

R.- Sí. Nos gustaría implantarlos para atraer a nuevos estudiantes. Grados diferentes, buscando una concepción transversal y multidisciplinal. Se habla mucho de juntar aspectos clásicamente de humanidades con otros tecnológicos. Por ejemplo, Periodismo de Datos o Economía y Big Data, mucho más acordes con la tercera década del siglo XXI.

P.- ¿Cómo confronta eso con los grados más deficitarios?

R.- También habría que hacer un estudio. Siempre he sido contraria a cerrar planes de estudio pero no se trata de que desaparezcan sino que se transformen. Algún grado con menos estudiantes se le añaden asignaturas de carácter transversal y eso podría suponer un atractivo.

P.- El tema de las novatadas cada año es una polémica. A raíz de la Ley de Convivencia, ¿qué medidas propone? ¿Permitiría su celebración?

R.- En la universidad hay que hacer actividades universitarias. Si la palabra novatada es un acto de bienvenida y recepción, por supuesto; si es algo que va contra la dignidad de esas personas, radicalmente fuera.

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