«La telemedicina puede evitar 65 kilómetros para una consulta pero nunca sustituirá la atención presencial»
En unas semanas de intensa actividad política en el Congreso, marcadas por el debate y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado o la reforma de la ley educativa, el diputado vallisoletano y alcalde de Villalón de Campos, José Ángel Alonso Pérez, apura su agenda para realizar esta entrevista, fruto de un cuestionario que responde de manera telemática.
Pregunta .– Usted, que vive a caballo entre Villalón, Valladolid y Madrid, ha denunciado las aglomeraciones en el AVE, cuando en el transporte escolar está permitida una ocupación del cien por cien. ¿Hay desplazamientos de primera y de segunda?
Respuesta.– Todos los usuarios son igual de importantes, pero estamos ante dos escenarios muy diferentes. En el AVE las rutas atraviesan varias provincias e incluso comunidades, con distintos usuarios, donde no hay apenas control sobre si llevan la mascarilla o comen, ni existe un reparto de seguridad, con excesivas concentraciones en unas partes mientras otras van vacías. En el transporte escolar las rutas recorren los mismos pueblos y viajan los mismos niños, acompañados de monitores que vigilan las medidas.
P.– Madrid consiguió rebajar en un mes la incidencia acumulada sin tomar medidas tan drásticas como el cierre de la hostelería. ¿Qué se puede copiar en Castilla y León, teniendo en cuenta que son territorios tan diferentes demográficamente?
R.– Madrid es un gran ejemplo, pero Castilla y León también lo es. Aunque seamos muy diferentes demográficamente hay medidas que coinciden porque dan muy buenos resultados. Por ejemplo, en Castilla y León se está haciendo una apuesta por los test de antígenos, hasta el punto que somos la segunda comunidad después de Madrid que más test estamos realizando. Algo que también Madrid ha trabajado muy bien son las medidas de concienciación y la Junta está haciendo igualmente un importante esfuerzo.
P.– El Gobierno pidió a las comunidades que elaborasen un plan si quieren realizar test de antígenos en las farmacias a las puertas de la Navidad. ¿Sería factible en el mundo rural, cuando los pueblos pequeños ni siquiera tienen farmacia?
R.– Es un asunto complejo porque las farmacias tienen que reunir una serie de condiciones, como disponer de un circuito cerrado pero, una vez que se autorice, entiendo que nuestras administraciones contarán con las entidades locales para apoyar a nuestros farmacéuticos en los municipios más pequeños.
P.– La zona de Villalón aguantó con ‘buenos datos’ tras la primera oleada pero ya no es así. ¿A qué achaca la incidencia?
R.– Hemos sido una zona con una bajísima incidencia hasta octubre, pero sufrimos un brote importante en uno de los municipios del área y desde ese momento han ido surgiendo algunos casos. Es posible que ante los buenos datos algunos vecinos se relajasen pensando que vivíamos en una especie de burbuja libre de coronavirus. Por eso es importante no bajar la guardia.
P.– Recibió muchas críticas por acercarse a felicitar por su cumpleaños a los niños de Villalón cuando estaba vigente el primer Estado de Alarma. ¿Se arrepiente de no haber predicado con el ejemplo?
R.– He predicado con el ejemplo en todo momento. Recibí el apoyo y la felicitación de la gran mayoría de mis vecinos a través de sus redes sociales. Al igual que muchos alcaldes, decidí felicitar por su cumpleaños a los más pequeños cumpliendo con todas las medidas de seguridad y por petición de sus padres. Todos los alcaldes tratamos de dar nuestro apoyo a la población en un momento tan difícil, dando cariño en hospitales, acompañando en la desinfección de calles o apoyando en este caso a esos pequeños héroes que se comportaron de diez. La crítica de la que me habla no me preocupa porque procede de una web muy sectaria que no contrastó la información.
P.– ¿Se va poner la vacuna o desconfía de la premura en su desarrollo?
R.– Por supuesto que me la pondré, tan pronto como me corresponda. Podemos confiar totalmente en la vacuna porque la exigencia que acompaña a su desarrollo es extrema y se analiza hasta el mínimo detalle en cada paso. Además del trabajo y precauciones que siguen los científicos de las empresas que las están desarrollando, existe una revisión continua por parte de autoridades sanitarias como la Agencia Europea del Medicamento, que nunca permitirían que llegase al mercado algo que pudiese ser perjudicial.
P.– ¿La ‘telemedicina’ de estos últimos meses pone en peligro los consultorios y los centros de salud?
R.– La telemedicina es una herramienta que busca ayudar al médico en su tarea y que, en una comunidad como la nuestra con una población tan dispersa, ayuda mucho, pero nunca va a sustituir la atención presencial. Los consultorios y los centros de salud siguen y seguirán abiertos. Por ejemplo, puede evitar que para una pequeña consulta dermatológica un ciudadano de Tierra de Campos no tenga que desplazarse más de 65 kilómetros hasta un hospital en una situación tan compleja como la actual.
P.– En este momento de confrontación política, ¿cree que están siendo más eficaces los gobiernos monocolor contra la pandemia?
R.– Obviamente a mí me gustan más los monocolor porque creo que el bipartidismo fue muy bueno para España hasta que el PSOE dejó de ser un partido de Estado. Ahora los extremos buscan polarizar la política para ganar votos, aunque sean conscientes de que los que salen perdiendo son los españoles.
P.– ¿Podría plantearse ahora en los pueblos una desescalada diferente a las grandes urbes, como ya se hizo en la primera oleada?
R.– Aunque a muchos nos gustaría una desescalada a velocidad diferente según los casos de cada zona básica de salud o de cada municipio, hay que tener en cuenta la disponibilidad de camas de UCI. A un vecino de un pequeño pueblo del Valle del Esgueva donde puedan tener pocos casos, sí que le afecta que en Valladolid la UCI pudiera estar colapsada. Así que confío en los expertos para que puedan articular una desescalada a velocidad diferente pero que sea segura para todos.
P.– La pandemia ha multiplicado el interés por buscar residencia fuera de las ciudades, ¿cómo aprovechar esta tendencia en pueblos pequeños y alejados de las capitales cuando arrastran una carencia de servicios?
R.– Dándoles facilidades para la compra o alquiler y potenciando esos servicios básicos como hacemos en Castilla y León, manteniendo escuelas con al menos tres alumnos, centros de salud y consultorios, frecuencias de transporte público… En una comarca como la mía todos los pueblos cuentan con un centro de salud las 24 horas del día, un instituto con bachillerato, notario, registro de la propiedad, supermercados, guardería o colegio a menos de 20 minutos. Conozco ciudades en las que hay que viajar más tiempo para llegar al mismo servicio.
P.– Sin embargo, hay un déficit de oportunidades de trabajo y de viviendas.
R.– El PP ha sido el primer partido que inició acciones de fiscalidad diferenciada para activar el medio rural, como la tarifa plana para autónomos en municipios de menos de 5.000 habitantes. Del mismo modo, es importante que empecemos a transformar la legislación desde una perspectiva rural que facilite el asentamiento de población y de empresas. No se puede exigir lo mismo a un empresario en un gran polígono de Madrid que a un emprendedor en Esguevillas de Esgueva.
P.– ¿Está satisfecho con el incremento económico en los PGE para la provincia de Valladolid?
R.– Ese incremento para Valladolid se centra sólo en la A-11, que nosotros consideramos vital, pero olvida todo lo demás. El principal problema es que los ingresos que refleja no son reales, y lo ha dicho el Banco de España. En un entorno de destrucción económica sin precedentes, el Gobierno dice que la economía española crecerá el año que viene un 9,8% y que los ingresos serán los mayores de la historia. Ningún organismo comparte esa fantasía.
P.– ¿Qué echa en falta, teniendo en cuenta que hay muchos proyectos pendientes que tampoco ejecutó el PP cuando estaba en el Gobierno?
R.– Es cierto que algunos proyectos esperan desde hace demasiado tiempo, pero tampoco es menos cierto que el PP ha tenido que gobernar un país arruinado por el despilfarro socialista. La última vez evitando el rescate y aun así se ejecutaron importantes proyectos. Echamos en falta casi todas las inversiones relevantes para la provincia y por eso presentamos 25 enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado reivindicando más de 40 millones de euros. Más las que se vamos a presentar en el Senado. Se han olvidado de la Ciudad de la Justicia, de la Casa-Museo de Delibes, de las actividades por su centenario, de la A-60, de la A-62, de las obras en la Casa del Sol, de nuestros cuarteles de la Guardia Civil y Policía Nacional o del Museo Provincial en el Palacio de Fabio Nelli.
P.– Usted, que es el más joven de los diputados de su partido en el Congreso, ¿cree que verá terminada la Autovía del Duero y la de León?
R.– Casi todos los días transito la N-601, así que soy el primer afectado por no poder contar con las autovías que la provincia de Valladolid se merece. Lucharé con todas mis fuerzas para que lo antes posible ambos proyectos sean una realidad.
P.– La campaña del Gobierno para rebajar el consumo de azúcar, ¿supondrá la estocada definitiva para la industria remolachera?
R.– Lamentablemente este Gobierno ataca a toda la industria vallisoletana. Primero sufrimos los ataques a la industria del automóvil asegurando que el diesel tenía los días contados. Después no supieron defender al sector vitivinícola de los aranceles. Ahora arremeten contra la industria remolachera de una forma completamente injustificada. ¿Estos son los que prometieron no dejar a dejar a nadie atrás?
P.– ¿Cómo equilibrar entonces los intereses del sector con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud?
R.– El Gobierno de España está integrado por personajes siniestros e irresponsables, porque de lo contrario es muy difícil de explicar la campaña ‘El Azúcar Mata’, comparando este alimento con el tabaco. Como dijo Paracelso, padre de la toxicología, «nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis».
P.– ¿Se encuentra más cómodo con el giro al centro de Pablo Casado?
R.– Ser centrista es evitar la radicalidad y la polarización a la que nos quieren llevar Podemos y Vox.
P.– ¿Era necesario pronunciar el ‘no’ en la moción de censura contra Sánchez para distanciarse de Vox?
R.– Vox planteó una moción condenada al fracaso que hacía más fuerte a la mayoría Frankenstein y desgastaba al PP. Mientras Vox exista Sánchez tiene garantizada su estancia en Moncloa y por eso tratan de polarizar la sociedad.
P.– ¿Dónde se siente más útil, en su Ayuntamiento o en el Congreso?
R.– En ambos. El Ayuntamiento me ofrece la oportunidad de estar a pie de calle. Me gusta porque observo cómo mi trabajo repercute rápidamente en mejorar la vida de mis vecinos. En el Congreso los frutos del trabajo duro no aparecen tan rápido, pero considero imprescindible estar luchando en la primera línea por la unidad de España, por el empleo, las pensiones, las víctimas del terrorismo, la educación de calidad o nuestra lengua común.