Diario de Castilla y León

Vallisoletanas en Italia: "Parecía el fin del mundo y hay total normalidad"

Los Erasmus de la UVA aseguran que el pánico al coronavirus les ha «llegado desde España» y no desde Italia, donde la vida es normal en las ciudades / Son pocos los que han decidido volver, más por miedo a los bloqueos que al virus

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Publicado por
GUILLERMO SANZ  valladolid
Valladolid

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El norte de Italia se ha convertido en el destino favorito del coronavirus. En el país transalpino se ha instalado el principal foco de esta enfermedad en Europa y el tercero a nivel mundial, tras Corea delSur yChina, lugar de nacimiento de esta epidemia global.

Ayer era más de 300 las personas infectadas en Italia, un país que ya lamenta la pérdida de once ciudadanos a causa del coronavirus. El riesgo de contagio, no obstante, no frena el día a día de vecinos, turistas o estudiantes, que viven en el seno del ‘Enfermo de Europa’ con total normalidad.

Es el caso de los estudiantes que eligieron Italia como destino para disfrutar de sus becas Erasmus. El estado de alarma ha empujado a algunos de ellos a hacer las maletas y volver a casa ante la incertidumbre de la situación. Otros han decidido, animados por la normalidad existente, a continuar sus rutinas diarias al otro lado del Mediterráneo.

En el norte de Italia -donde se encuentran los dos principales focos de contagio del país: Lombardía y Véneto, donde hay once municipios aislados para controlar el coronavirus- viven su Erasmus tres estudiantes de periodismo de la Universidad de Valladolid: Mirella Hebrero, Laura Soria y Mara Moral.

Las dos primeras lo hacen en la Universidad de Turín, a escasos 200 kilómetros de Milán. Desde la ciudad piamontesa -en la que se han registrado cuatro casos de esta epidemia- narra su experiencia Mirella Hebrero. «El primer día fue de mucho pánico, pero las cosas ya están más tranquilas. Está controlado y no hay problema para salir a la calle», admite.

La estudiante no ha acudido esta semana a las aulas. La universidad de Turín, como muchas de las localizadas en el norte del mapa de Italia, ha suspendido las clases. Una decisión que se ha extendido «a cualquier evento en el que se pueda reunir mucha gente, como una medida de prevención», asegura. Sin ir más lejos, los emblemáticos carnavales de Venecia tuvieron que ceder ante el miedo de contagio y no fueron celebrados este año. 

Hebrero reconoce que los «primeros días te asustas mucho. Ves que cada vez hay más casos nuevos enMilán, que se cancelan los carnavales en Venecia... Al principio, los autobuses y los tranvías iban medio vacíos y nosotras no salimos de casa», relata.

Sin embargo, tras la tempestad y el alarmismo, la tranquilidad ha vuelto a pasear por las calles turinesas. El momento de pánico se alimentó desde España, con las llamadas de sus familiares reclamando su vuelta a casa, por su seguridad; un billete de retorno que Mirella Hebrero decidió no coger.

«El pánico nos lo han creado nuestros padres desde España. Nos llamaban como si fuera el fin del mundo y con el paso de los días ves que no es para tanto», asegura.

La estudiante de laUniversidad de Valladolid reconoce también que su decisión no ha sido compartida por todos sus compañeros Erasmus. «Hay gente que se ha vuelto a España. Mis dos compañeras de piso, por ejemplo, se han ido. Mi madre quería que cogiera un avión ya, pero yo he decidido esperar. La mayoría hemos optado por esperar para ver cómo evolucionaba la cosa».

En las farmacias turinesas las mascarillas se agotaron el día que saltó la noticia a la palestra.Sin embargo, como explica la estudiante de periodismo en las calles de la ciudad italiana no se aprecia que sea un ‘complemento de moda’ habitual, sino aislado.

Lo que sí que siguen todos los habitantes del norte de Italia, autóctonos o foráneos, son las recomendaciones para prevenir el contagio del coronavirus. «Nos recomiendan lavarnos las manos, no acercarnos demasiado a la gente o cuando estornudemos taparnos con el brazo en lugar de con la mano», relata.

Más próxima a la zona marcada por la cuarentena vive la vallisoletana Mara Moral, que continúa sus estudios de Periodismo en Bérgamo, a escasos 60 kilómetros -media hora en coche- de Milán y de las localidades lombardas en estado de aislamiento.

En la región de Lombardía, como en Piamonte, las clases se han cancelado hasta nuevo aviso.Se prevé que el domingo los rectores vuelvan a salir a escena -como hicieron el pasado domingo- para informar a sus alumnos si la normalidad vuelve o no a las aulas. Presumiblemente, el lunes los estudiantes volverán a poblar los pasillos de la Universidad de Bérgamo, una ciudad que, a ojos del que la habita, continúa teniendo a la histeria colectiva bajo control después de unos primeros días caóticos.

«La cosa está ahora tranquila. El fin de semana sí que hubo más intranquilidad porque estaban aislando a gente aquí cerca, pero el lunes volvió la normalidad, a excepción de las clases, que se han cancelado por precaución», explica Mara Moral.

La estudiante relata cómo el fin de semana estuvo gobernado por el pánico. «El fin de semana, como había mucha información y desinformación, sí que nos planteamos adelantar el vuelo. Era como una película, casi no quedaba comida en los supermercados -ante el abastecimiento en masa ante un posible aislamiento-», explica.

Respecto a los estudiantes que han vuelto, Mara Moral reconoce que «hay un poco de todo, pero la mayoría nos hemos quedado», asegura, coincidiendo con su compañera de carrera en que la sensación de pánico se engordaba con las llamadas procedentes de España. «Parecía que es el fin del mundo y hay total normalidad. Mi madre me decía que me volviera a casa y que si me quedaba que no saliera a la calle, pero cuando les explicas que la gente está en la calle sin mascarillas se tranquilizan un poco», admite la estudiante, que asegura «tener claro que en un par de semanas se normalizará la situación».

La que sí optó por coger un avión de vuelta a casa fue Laura Soria. Decidió volar de vuelta a España «no sólo por el riesgo de contagio, sino por si cerraban las fronteras. Decidí irme por lo que pudiera pasar», explica. 

La decisión de esta abulense, compañera de piso de Mirella Hebrero en Turín, no es definitiva. Volverá a hacer la maleta de vuelta a Italia cuando se reanuden las clases. «Quiero volver cuanto antes, pero no me arrepiento, porque no sabía qué iba a pasar», admite.

Laura Soria vio en Turín lo mismo que sus compañeras. «La vida es completamente normal. En el aeropuerto no vi mascarillas y no me hicieron controles ni a la salida de Italia ni a la llegada a España», relata. Precisamente de «España y Milán venía el pánico. Fue más a alarma desde España, porque allí estábamos muy tranquilos», afirma. 

Los españoles que residen en Italia reciben informaciones e indicaciones desde la embajada y los estudiantes también desde la Universidad deValladolid. La institución académica se ha puesto en contacto con los Erasmus: «Nos han pedido que no nos preocupemos y que sigamos los protocolos que nos han marcado. Han estado muy pendientes», asegura Laura Soria; una de las estudiantes a las que el coronavirus les ha marcado su experiencia Erasmus.  

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