Sanjuanes en Soria, la madre de todas las fiestas
La Saca congrega a miles de personas en el monte Valonsadero para presenciar la salida de doce toros y la traída del ganado hasta la plaza de toros de la ciudad
Soria celebra hoy el festejo de La Saca , el día grande de las fiestas de San Juan o de la Madre de Dios, declaradas de Interés Turístico Nacional, por el origen ancestral de las mismas y la singularidad de las celebraciones que se concentran en cinco intensos días a finales que comienzan el jueves posterior a la festividad de Sanjuanes, que es ya por derecho propio la madre de todas la fiestas de las que se celebran en Castilla y León y en el país. No en vano, se trata de lo más parecido a los sanfermines de Pamplona.
El pistoletazo de salida tuvo lugar en la noche del pasado miércoles 28 de junio con el pregón y se celebrarán hasta el próximo día 3 de julio. Para la celebración, la ciudad se divide en doce cuadrillas o barrios, que tienen el nombre de un santo titular de las que fueron las antiguas parroquias distribuidas por la ciudad en el siglo XIV.
En el mes de mayo se elige una pareja de jurados, entre voluntarios, para cada una de las cuadrillas, figuras relevantes que son los encargados de organizar las fiestas en cada barrio. Una tarea que nació hace siglos y que se mantiene, con las modificaciones obligadas por el paso del tiempo y por la estructura de la población de la ciudad.
San Juan en Soria gira alrededor del sacrificio del toro y el reparto de la carne entre los vecino s. Por eso, cada día se celebra un rito y cada rito le da un nombre propio a cada uno de esos días, en los que se rememora desde la compra del toro, por parte de las cuadrillas, la traída del ganado bravo a la ciudad, la lidia, el reparto de la carne, o tajada, la subasta de los despojos y la comida popular.
El calendario comienza con la Compra, diez días antes de las fiestas centrales , a la que le siguen el Miércoles el Pregón, el Jueves la Saca, el Viernes de Toros, el Sábado Agés, el Domingo de Calderas y el Lunes de Bailas.
Para los sorianos el momento álgido tiene lugar a las doce de la mañana del Jueves la Saca en los corrales del monte Valonsadero, a siete kilómetros de la ciudad, donde tiene lugar la suelta de los doce novillos (uno de cada cuadrilla). Miles de personas se desplazan al monte para seguir de cerca todo el recorrido de los toros que son conducidos por un grupo de caballistas hasta los corrales de la plaza de toros de la ciudad, en torno a las seis de la tarde. Una traída que tiene en vilo a la ciudad porque raro es el año que llegan los doce.
Al día siguiente, viernes, la fiesta se traslada a la plaza de toros , que en sesión de mañana y tarde, se lidian los doce toros de las cuadrillas en una novillada sin picadores, en la que desde hace años, los disfraces y la presencia del público en el callejón hacen que sea un espectáculo singular al margen de las reglas de la tauromaquia.
El Sábado Agés los locales de las doce cuadrillas, en cada uno de los barrios, se convierten en el epicentro de la fiesta. Por la mañana se reparte la tajada, trozo de carne cruda de toro , entre los vecinos del barrio,y por la tarde se subastan los despojos del animal y otros artículos, como botas de vino, grandes protagonistas de las fiestas también.
El Domingo de Calderas , los jurados de cada cuadrilla participan en un desfile en el que portan su caldera, adornada con distintos elementos de las fiestas y flores, con la que se rememora la tradición del reparto de carne del toro.
El Lunes de Bailas tiene lugar una segunda procesión de las cuadrillas, esta vez con los santos titulares, en primer lugar por el centro de la ciudad y posteriormente cada una de ellas realiza el recorrido por los respectivos barrios. Por la tarde, los sorianos acuden en masa hasta la pradera de San Polo , a orillas del río Duero, para participar en meriendas que comparten con amigos y familias.
A ritmo de música Soria cierra sus fiestas en la madrugada del lunes con el 'Adiós, adiós San Juan' , entonando las letras del cancionero propio de estas fiestas, que interpreta la Banda de Música en la plaza Mayor. Bien podría decirse que es tan sentido como el 'Pobre de mí' que abrocha el fin de fiesta de San Femín.