Diario de Castilla y León

‘Martita’, la doctora que voló en Tokio

Marta Pérez comenzó en el atletismo a los nueve años con un «oye, esta chica corre» que fue profético y tras compatibilizar la Medicina y el tartán entra en el ‘top ten’ olímpico

Marta Pérez, ayer tras la final olímpica de 1.500. HDS

Marta Pérez, ayer tras la final olímpica de 1.500. HDS

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Antonio Carrillo

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Marta Pérez, 'Martita' como se le escapa a su padre, ha sido estandarte de Soria y de Castilla y León en los Juegos Olímpicos de Tokio a falta de la maratoniana carrera de Daniel Mateo. En las series clasificatorias del 1.500 logró su mejor marca personal. En semifinales la pulverizó. En la final la batió de nuevo para entrar en el ‘top ten’ olímpico y dejar el mejor registro español en los Juegos y la segunda mejor marca nacional de la historia.

Pero detrás de esos poco más de 12 minutos de carrera sumando las tres fases hay mucha más historia, muchas horas de entrenamiento y muchas anécdotas. En las zapatillas está grabada la palabra 'ilusión'. En su eterna sonrisa, también. El ejemplo deportivo lo tuvo en casa. Su padre, Carlos, es profesor de Educación Física, así que los tres hermanos Pérez –Marta es la mediana, Elia la mayor, Luis el pequeño– han visto el deporte como una faceta más de la vida con la madre, Reyes, también como firme puntal.

«Nos gusta», apunta Carlos, «pero Marta es la única que nos ha salido deportista». Todo comenzó en 2002,

cuando la pequeña Marta de nueve años comenzó a destacar en clase de Educación Física. Su profesor en el colegio «de la Barriada, el Doce Linajes, Rafa», se acercó un día a sus padres y «nos dice, 'oye, que esta chica corre. Mira a ver si quiere apuntarse a atletismo'».

«Conocía a Ramón Zapata», ayer ilocalizable y mencionado en el homenaje tras la carrera, así que «bajamos a verle y como encontró un grupo tan estupendo y tan majo se enganchó». Marta Pérez ya militaba en el Atletismo Numantino y antes de cumplir su primera década comenzaba su carrera deportiva.

Pero entonces era más bien un entretenimiento. «Corría por disfrutar». Tanto es así que «una de las primeras carreras que corrió fue el Cross de Valonsadero. Entró en no-sé-qué posición. Así que al terminar, nos fuimos a la Casa del Guarda», un restaurante ubicado en el paraje natural donde se disputa la prueba, «a tomar algo. Adolfo (Caballero) me dice 'oye, que han estado nombrando a Martita y no estaba'. Debió de quedar primera o segunda de Soria, pero nos habíamos ido tranquilamente», apunta entre risas Carlos.

Aquella niña «inquieta, con muy buena cabeza, mucho carácter, con muchos amigos y mucha facilidad social para hacerlos» comenzó a apuntar a los Campeonatos de España. «Siempre tuvo las cosas claras» y a base de esfuerzo comenzó a progresar. «No habíamos pensado que nos haría viajar tantísimo y que le acompañaríamos a tantos lugares», confiesa entre risas su padre.

Con buenas notas y un vocación por Medicina, a Marta le tocó mudarse de Soria a Madrid para cursar la carrera. Llegaba con marcas por encima de los cuatro minutos y 20 segundos y sin beca. Antonio Serrano accedió a entrenarla. Por la mañana, clases. Por la tarde, a correr. Y algún fin de semana, campeonatos con la tranquilidad de saber que los compañeros le guardaban los apuntes a su 'Reina del Torrezno'.

Los campeonatos iban cayendo paso a paso. Campeona de España Cadete, Juvenil, Júnior, Promesa... y la promesa, precisamente, se cumplió. «Cuando acabó Medicina dijo 'me voy a dedicar a esto'». Marta soñaba con correr Campeonatos de Europa, Mundiales «y unas Olimpiadas». Y cumplió, aunque sin desengancharse del fonendoscopio. La Medicina «no está en un segundo plano, de hecho está haciendo un Máster en Sanidad Pública. No puede el Médico Interino Residente (MIR) porque exige estar en el hospital y no puede hacer sesiones dobles de entrenamiento».

De Cacho a Soria ya

El último medallista olímpico español en 1.500, un Fermín Cacho que nació a apenas 50 kilómetros de Marta, le enviaba su apoyo. Soria Ya también animaba en redes sociales como una sola garganta. Twitter y Facebook se llenaban de ‘me gusta’ a su esfuerzo. Y el vídeo de su pareja, el también atleta Nacho Barranco, desatado entre gritos con el logro de la final se hizo viral. Marta fue Soria y Soria fue Marta. «Le encanta el cariño y el apoyo de Soria».   

«Ha sacrificado» muchas horas de disfrute y de amigos «pero con cierta cabeza, si tiene que descansare irse de vacaciones se va». Eso sí, «ha renunciado a comer, que le gusta mucho, y come menos. Y al tema de San Juan, que los amigos estaban de fiesta y ella de campeonato. Pero lo disfruta». Eso se ha extendido a todos los Pérez Miguel. «A lo largo de todos estos años nos hemos encontrado con compañeras y con familias dentro del atletismo que nos han dado lo mejor como Yolanda o Irene», confiesa emocionado Carlos.

Yolanda Martín Ramos es, de hecho, una de las mejores amigas de Marta, amén de subcampeona de España de Carreras de Montaña. «Siempre que me doy un paseo por La Dehesa recuerdo el primer día que fui a entrenar. Ramón Zapata me dijo 'tú con Marta' y recuerdo ese día siempre».

Eran dos niñas, pero también dos futuras campeonas. «Marta me dio explicaciones inmediato de cada bache del circuito de la Dehesa, de 'vamos con los chicos’ para subir el ritmo, de ver quién acaba antes dentro de una rivalidad muy sana».

Todo ese esfuerzo «no fue en balde. Se estaba forjando una superatleta olímpica». Pero para Yolanda, Marta es mucho más que la rutilante estrella del mediofondo español. «Es difícil sacarle cualidades a una persona con tantas. Es buena atleta, buena amiga, brilla a nivel deportivo y personal». Si hay que disfrazarse de muñeco de nieve y ganar la Carrera de Navidad de Soria, se hace. Si hay que echar una mano al mercado promocionando la cocina saludable, también.

Yolanda Martín Ramos no oculta su ilusión. «Es una mujer trabajadora que decidió dedicarse al atletismo, dejando de salir y sacrificándose. A veces salían las amigas y nosotras no podíamos, quedábamos al día siguiente para entrenar. Me siento afortunada de haberlo compartido con ella».

La final «es un regalo para Marta y para la gente que ha estado a su alrededor». Además ha logrado que «gente ajena al atletismo, por el hecho de ser soriana, se identifique con ella. Hay gente de mi trabajo que me dice 'mira, de Soria', y les cuento que es mi amiga».

En definitiva, «es una superatleta y va a ser una supermédica. Ha entregado su vida, nunca ha flaqueado en los estudios y lo merece. Hay que entrenar mucho y disfrutar corriendo». Con 28 años cumplidos en abril, la doctora Pérez es historia, presente y futuro olímpico. ‘Martita’ ya es Marta. Y leyenda.

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