Colapso de la asistencia sanitaria en Segovia por el coronavirus
Con 720 casos confirmados, hay 159 fallecidos entre residencias de ancianos y población general y más de 2.600 personas aisladas por síntomas compatibles o contacto con el Covid
« La situación que vive la provincia de Segovia por la pandemia de coronavirus es dramática ». Así lo reconocen desde el personal sanitario a los responsables de la asistencia sociosanitaria, pasando por los colectivos que de forma ejemplar van sumando ayuda y la hacen llegar tras confeccionar batas, mascarillas, mandiles y pantallas de protección.
El único complejo hospitalario de Segovia ha ido reestructurándose en tiempo record « haciendo un auténtico tetrix entre plantas y espacios » para ubicar a los 312 enfermos que ayer se contabilizaban ingresados en el Hospital General, además de 24 pacientes graves en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y 11 en camas de reanimación.
«El Hospital ha alcanzado el número máximo de camas y seguimos en un trabajo constante para habilitar nuevos espacios que permitan cuidar a los pacientes de la forma más adecuada posible». Así lo señalaba ayer a este periódico Jorge Elízaga, el gerente de Asistencia Sanitaria que, sin quererlo, se sitúa como ejemplo de la afectación del virus entre el personal sanitario que entre positivos confirmados y aislados sospechosos se sitúa entre un 16 y un 20%.
El responsable de Asistencia Sanitaria y miembro del comité de expertos de Coronavirus nombrado por la Junta de Castilla y León, desde hace varios días atiende su responsabilidad desde el aislamiento domiciliario en el que se encuentra tras dar positivo en las pruebas de coronavirus.
La reorganización del complejo hospitalario ha alcanzado, como ha ido informando este medio a la práctica totalidad de espacios . A las camas abarrotadas de las tres plantas dedicadas a enfermos de COVID-19 se fueron uniendo las camas colocadas provisionalmente en el gimnasio de rehabilitación; posteriormente el salón de actos y más tarde la cafetería, así como los pasillos de acceso a ambos lugares.
«Todo el personal sanitario y no sanitario está colaborando en apoyo de todas las especialidades que lo necesitan para la atención de los coronavirus», señalaba ayer Jorge Elízaga.
«Hasta los traumatólogos ayudan a pasar visita a los enfermos», señalaba un médico internista. «Cirujanos, reumatólogos, cardiólogos, digestólogos y todas las especialidades colaboran con los médicos especialistas que en condiciones normales llevarían estos enfermos: internistas y neumólogos», explican.
«Toda la reorganización parece quedarse atrás de las necesidades que van surgiendo», señalaban fuentes del complejo hospitalario que en las últimas 24 horas ha registrado un total de 91 casos nuevos y solo 33 nuevas altas han sido posibles.
El Hospital de campaña que el Ejército levantó en dos días no está habilitado aún. Sus 120 camas esperan la llegada de personal sanitario y material que lo haga viable, como respiradores, equipos portátiles de rayos X y bombas de oxigeno.
De momento, según ha confirmado la Gerencia de Asistencia Sanitaria, los 15 médicos, 30 enfermeros y 30 auxiliares de enfermería solicitados al Ministerio de Sanidad no han llegado.
Sí se han podido contratar enfermeras y médicos residentes de primaria que se han recolocado en el complejo hospitalario. «Exactamente desde el lunes, se han incorporado once médicos residentes de Primaria al servicio de Urgencias y seis enfermeras nuevas al hospital».
La denuncia que hizo pública el pasado viernes este periódico, sobre la falta de EPI en las Urgencias de puerta, confirmada por la gerencia sanitaria, parece que ha servido para corregir este grave déficit de protección. «Los sanitarios disponen de EPI» , han señalado ayer.
Respecto a los medicamentos que han llegado a faltar durante el fin de semana específicos del COVID-19 (la hidroxicloroquina) «van llegando aunque con cuentagotas. No es que estén bloqueados en este momento, pero hay que hacer los pedidos más a menudo y siempre pesa la angustia de que falten» , señalan fuentes de la farmacia hospitalaria.
Desde que la Consejería de Sanidad autorizó el traslado de pacientes a los centros médicos de Valladolid, han sido trasladado doce pacientes de ICI al Hospital Clínico y al Río Hortega de la capital vallisoletana.
El personal sanitario reconoce que no dan abasto y los traslados han ocasionado confusiones dolorosas entre los familiares.
«Hay casos sangrantes de pacientes que han conocido sobre la marcha, al llamar a la hora de atención prevista, que ya no estaban en Segovia y han tardado varias horas angustiosas hasta saber cómo y dónde se encontraban sus seres queridos», relataba una enfermera a este periódico.
«Los datos disgregados de ancianos de residencias y pacientes no ayudan a ver una realidad durísima; que afecta a mucha más población de la que se piensa», señalan fuentes médicas.
«La falta de test reactivos que confirmen o no los coronavirus permite no computar ciertos fallecimientos como COVID, cuando en realidad tienen todos los síntomas de serlo. Hay más muertes por coronavirus de lo que indican los datos oficiales», afirman.
De las 2.888 personas que viven en residencias de ancianos en la provincia de Segovia, si sumamos los fallecidos con test positivo (37) y los muertos con síntomas compatibles (45), el índice de mortalidad se eleva al 17%, además de los casi mil ancianos que se encuentran en residencias con síntomas compatibles sin confirmar (432) o en aislamiento preventivo asintomáticos (573), según datos oficiales.
Para los profesionales sanitarios de la provincia «la cercanía a Madrid y la huida de estos ha sido catastrófica», como así lo denunció el presidente de la Diputación provincial, Miguel Ángel de Vicente, que antes de hacerse efectivo el confinamiento por Real Decreto pedía a los madrileños que dejaran de venir a contagiar a la gente de los pueblos.