Prisiones
Nueva agresión en Topas: un preso fractura un dedo a un funcionario y provoca un esguince a otro
El interno agredió a tres trabajadores de la prisión tras ser obligado a cumplir una sanción y permanecer en la celda
La violencia y la peligrosidad sigue sin descender en las cárceles de Castilla y León. Muestra de ello es la última agresión que tuvo lugar en el centro penitenciario de Topas, ocurrida este lunes y por la que tres funcionarios sufrieron la ira de un interno, quien llegó a provocar la fractura de un dedo de la mano a uno de ellos.
Los hechos ocurrieron en la tarde del lunes, 18 de noviembre, cuando a un interno del módulo 6 de Topas se le procedió a comunicar una sanción tras registrar varios múltiples incidentes regimentales. Es más, el individuo ya había estado en primer grado.
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Sin recibir de buen grado el obligado cumplimiento de la sanción, el interno empezó a alterarse, conllevando que que el jefe de servicios se personase hasta el módulo 6. Tras una conversación logró rebajar la agresividad, no obstante, volvió a entrar en cólera cuando se le comunicó que debía permanecer en la celda y cumplir la sanción impuesta.
El jefe de servicios fue el primero en sufrir la reacción violenta del interno que, acto seguido, se vio acompañado de otros dos funcionarios, quienes sufrieron una fractura de un dedo de la mano y un esguince de muñeca, respectivamente. El altercado terminó con el traslado del interno al departamento de aislamiento de la cárcel de Topas.
Conocidos estos hechos, el sindicato ACAIP-UGT, que remite la información a este medio, quiere mostrar su "apoyo" a los funcionarios lesionados y desearles una "pronta recuperación". Por todo ello, denuncian el aumento "significativo" en el número de internos "extremadamente violentos" procedentes de otros centros penitenciarios. "La situación debe ser lidiada tanto por el equipo directivo como por los trabajadores que están consiguiendo mantener el buen orden del establecimiento, a pesar de las dificultades a las que se enfrentan", aseveran. Unas complicaciones que el sindicato justifica en los "perfiles de los presos peligrosos y la combinación de una plantilla con poca experiencia", con más de 70 funcionarios en prácticas y los veteranos ejerciendo una segunda actividad.
Los últimos datos del año 2023 reflejan esa realidad, con un crecimiento del 42,5% en los ataques a trabajadores penitenciarios en Castilla y León respecto a hace una década, con un total de 57. Por centros, nueve tuvieron lugar en Topas, la tercera mayor cantidad tras Dueñas, con 20, y la cárcel de León, con diez.
Con esta situación, ACAIP-UGT considera que "urge la aprobación de la modificación de la Ley Orgánica General Penitenciaria para que los trabajadores penitenciarios sean considerados agentes de la autoridad en el ejercicio de sus funciones".