Diario de Castilla y León

El Búnker del español

Es la joya de la corona, en un espacio imponente y con la vocación de convertirse en referencia internacional porque Salamanca y el español son consustanciales a la esencia de la Usal / Su nueva casa es el Centro Internacional del Español, edificio imponente para un objetivo de no menos talla

Una de las salas acorazadas, que se mantiene del edificio original.-ENRIQUE CARRASCAL.

Una de las salas acorazadas, que se mantiene del edificio original.-ENRIQUE CARRASCAL.

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ALBERTO PÉREZ / SALAMANCA
Valladolid

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Casi 600 millones de personas hablan español en todo el mundo, de ellos cerca de 500 son de origen hispanohablante. Parece motivo más que suficiente para protegerlo, cuidarlo y blindarlo . Quizá por ello adquiere más sentido que el Centro Internacional del Español se encuentre en la antigua Delegación del Banco de España en Salamanca.

Tan o más importante que lingotes de oro, joyas y demás posesiones protegidas en cámaras acorazadas es el patrimonio lingüístico de nuestro país, referenciado en la Universidad viva más antigua del mundo hispano y tercera de Europa. Han hecho falta tres años y medio para llevar a la práctica lo planteado en los planos.

Ya lo dice eufemísticamente el arquitecto, Eduardo Dorado, «ha sido un trabajo laborioso » desde los primeros diseños del proyecto, y por supuesto la ejecución y obra posterior para crear una gran estructura metálica atornillada que lo sustente. La rehabilitación del edificio y en algunos casos nueva construcción han sido financiados mayoritariamente por la Junta de Castilla y León, copromotor del proyecto. Nueve millones de euros, con motivo del Octavo Centenario de la Universidad de Salamanca, aunque el gasto final acabará siendo de casi once incluyendo el mobiliario que saldrá a licitación en breve.

El resultado es una majestuosa construcción en un lugar privilegiado mirando a los ojos de la Plaza de los Bandos y con el peso de la tradición salmantina que ha permitido mantener y utilizar la característica piedra dorada de las canteras de Villamayor que «80 años después sigue luciendo con sorprendente juventud» en palabras del arquitecto.

A su inauguración acudió entre otros Juan Fernández Trigo, secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo. No en vano más de siete mil estudiantes extranjeros se forman cada año en la Universidad de Salamanca y de ellos buena parte proceden de Iberoamérica. Trigo está impresionado «por el majestuoso edificio y ojalá ocupa el lugar que merece en el ámbito internacional.

Colaboraremos con la Universidad en lo que necesiten en materia de enseñanza, certificación y traducción ». Seis niveles y 5.300 metros construidos por y para la investigación del español, completadas con pequeños aularios para posgrados y estudios de tercer ciclo. «Conforme se asciende se aumenta la privacidad. La idea es que la investigación encuentre su ecosistema para trabajar».

Con esa instrucción fue construida, explica Dorado, y a partir de una idea de apertura en su eje central que defiende la directora, Nieves Sánchez: «Queremos que sea un proyecto muy abierto a la comunidad . Por eso no solo hablamos solo de investigación sino también de difusión de cualquier aspecto relacionado con la lengua».

La primera planta de unos 500 metros cuadrados es puramente digital . No habrá libros sino pantallas táctiles y monitores para proyectos y trabajos sobre el español. Subiendo unas escaleras, los investigadores encontrarán la paz que necesitan para dedicarse exclusivamente a su tarea, sin interrupciones ni miradas curiosas. Allí habrá espacios versátiles y una gran sala de reuniones que servirá como alternativa al Rectorado. Para el depósito y consultas bibliográficas habrá que ascender a la cumbre y de paso disfrutar de las vistas del Torreón Sur.

Una de las salas centrales de las plantas inferiores, accesible para los visitantes. E. CARRASCAL

Una de las salas centrales de las plantas inferiores, accesible para los visitantes. E. CARRASCAL

El sótano y el semisótano estarán abiertos al público como centro del trasiego que inunda las calles Zamora y Toro, flanquedas por Rector Lucena y Brocense que estarán unidas por el patio exterior. Hay tanto interés por descubrir el edificio que hasta enero ya están cerradas todas las visitas guiadas. Se deja el viernes como día libre para el movimiento autónomo.

El objetivo es lograr que esa expectación se traduzca en todo tipo de actuaciones en torno al idioma español : presentaciones, exposiciones, congresos, obras de teatro. Por ello se ha diseñado una moderna sala audiovisual con asientos y tabiques móviles que pueden dividir en dos el espacio o integrarlo con 180 butacas en sus 600 metros cuadrados, incluyendo camerinos, iluminación escénica y cabina de traducción simultánea.

Junto a él un atractivo espacio central con iluminación cenital preparado para proyecciones de grandes dimensiones sobre la pared y salas polivalentes que podría convertirse en tres más reducidas para reuniones y conferencias. «Es un desafío, hay muchos proyectos en marcha y los que vendrán. Hay que tener en cuenta que nos ubicamos en este nuevo espacio pero que se lleva trabajando cuatro años en la realización de proyectos sobre el español» en palabras de la directora.

Seguro que las vistas privilegiadas de la zona histórica atraen a investigadores del idioma para hacer del Centro referencia del progreso y protección de la tercera lengua más hablada del mundo detrás del inglés y el chino. Ya lo dice Fernández Trigo «Salamanca es la universidad del español y es referencia desde 1928 con la inauguración de sus cursos internacionales». No será necesario utilizar para ello las cámaras acorazadas que se han conservado para respetar la historia y deleitar a los visitantes. 

Y es que el edificio tiene mucha historia detrás , ya no solo porque el Ayuntamiento lo comprara en 1932 para convertirlo en el Banco de España sino porque en su origen era un lujoso hotel con 300 habitaciones y un patio ajardinado. Aquel Hotel Comercio se transformó en la Delegación del Banco de España con tintes muy sobrios propios del estilo alemán que aportó el arquitecto Guillermo Lindemann que continuó el diseño iniciado por Romualdo de Madariaga.

Recuerdos de la estética del despacho del ‘Fuhrer’ coincidiendo con la Guerra Civil y posterior dictadura. El coste ascendió a los tres millones de pesetas. Como explica Eduardo Dorado «Se ha intentado respetar la historia del edificio , catalogado como patrimonio histórico artístico. Era importante hacer una remodelación que no alterara espacios decisivos en la arquitectura del Centro». 

El español no está en cuestión, al menos así debería ser, y su futuro es parte principal del patrimonio de los países hispanohablantes. «Hay mucho movimiento sobre la difusión del español y es palpable la larga tradición que hay en Salamanca en su estudio e investigación. Creemos que es un buen momento para recogerla, mantenerla y renovarla», asegura Nieves Sánchez. Por eso en Salamanca hay un lugar de referencia para bañarse en letras que combina la bibliografía clásica con las herramientas digitales y táctiles que permiten navegar por el proceloso mar de las palabras. Todo por y para el español en el bunker que va a acorazar el cuidado de nuestra lengua.

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