Condenan al conductor ebrio y drogado que provocó un accidente con cuatro muertos en Salamanca
La Audiencia Provincial aprecia un delito de conducción bajo la influencia de drogas tóxicas y alcohol, un delito de conducción temeraria, un delito de lesiones por imprudencia grave y cuatro delitos de homicidio por imprudencia grave
La Audiencia Provincial de Salamanca condenó a seis años de prisión al hombre que conducía el coche en el que murieron cuatro jóvenes tras el accidente mortal ocurrido en la madrugada del 21 de julio de 2019 en el término municipal de Galisancho. La sala aprecia un delito de conducción bajo la influencia de drogas tóxicas y alcohol, un delito de conducción temeraria, un delito de lesiones por imprudencia grave y cuatro delitos de homicidio por imprudencia grave, según la sentencia consultada remitida a Ical.
El condenado tampoco podrá conducir durante un década y deberá asumir indemnizaciones por un valor superior a los 663.000 euros, a repartir entre las familias de los fallecidos que, en el momento del fatal accidente, contaban con 20 y 19 años, y los dos menores con 17. El conductor arrojó resultados positivos en los tests de alcoholemia y drogas realizados en las horas posteriores al incidente, por ingente consumo de alcohol, además de cocaína y anfetaminas.
El Fiat Stilo siniestrado circulaba poco antes del impacto a unos 122 kilómetros por hora y el vuelco se produjo a unos 104, cuando la vía permitía un máximo de 90. El impacto con el árbol que provocó la mayoría de las mortales lesiones tuvo lugar a 80,3 kilómetros por hora, según los datos recogidos en la sentencia. El vehículo voló por encima de la valla perimetral de una finca colindante con la carretera, y quedó dentro de la misma.
La sentencia describe detalladamente la ubicación de los seis integrantes del vehículo durante aquel trayecto y destaca que el conductor no se opuso a circular con un excedente de pasajeros desde la localidad de Santa Inés, que estaba en fiestas, hasta la de Alba de Tormes, donde residían todos ellos. “El condenado condujo en todo momento de una manera brusca, y con 'volantazos', reducía para coger más velocidad, con acelerones y cambios constantes de velocidad, modo de conducir que le fue recriminado por el copiloto , quien dijo al conductor acusado que tuviera más cabeza conduciendo”, recoge el documento remitido a las partes.
La sala también escuchó el testimonio de un taxista que trató de adelantar al vehículo aquella noche. “En el transcurso del camino entre Santa Inés y Alba de Tormes, en uno de los momentos en que conducía despacio, fue intentado adelantar por el taxi, cuyo conductor observó cómo se metía en el carril izquierdo un metro aproximadamente, por lo que desistió de la maniobra dejándole continuar adelante. De suerte que en ese instante pudo observar cómo el acusado aceleraba bruscamente el vehículo y llegó a sacarle mucha distancia en poco tiempo”. También vio cómo “se salía por el lado derecho de la calzada, dio un 'volantazo' hacia la izquierda, lo que le hizo volcar de lado y dar varias vueltas de campana, para finalmente chocar contra un árbol que quedaba al lado izquierdo de la vía”.