Los ingleses cazados en Salamanca corrían por diversión
Las sospechas giran en torno al desembarco del Ferry en el puerto de Santander para tomar dirección Valladolid y, después, Salamanca
Sólo por diversión. Los once británicos cazados a más de 200 por hora por carreteras salmantinas simplemente pisaban el acelerador por diversión, por entretenimiento. Los once denunciados pertenecen a un club automovilístico, un grupo de amigos que acostumbra a conducir coches de alta gama para quemar el acelerador.
Las sospechas que manejas fuentes del caso es que los británicos iniciaron la travesía desde Santander, tras desembarcar desde el Ferry en el puerto cántabro, descartando así la otra opción, cruzar el Canal de la Mancha para realizar el viaje desde tierras francesas, por Irún para recalar en Valladolid y luego Salamanca, con destino Lisboa, como es conocido. Por tanto, la hipótesis que se maneja es que desembarcaron del Ferry y, desde Santander, tomaron dirección Valladolid, por la A-62 hasta Salamanca, donde fueron interceptados a la altura de Fuentes de Oñoro.
Un viaje, para ellos, divertido, no así para el resto de vehículos que circulaban a primera hora de la mañana por la misma autovía. Las mismas fuentes del caso declaran que, en el momento de la intercepción, sólo dos vehículos superaban los 220 kilómetros por hora, mientras que los otros nueve conductores no superaban los 200, por lo que se detuvo a los dos primeros y se denunció al resto.
Descartando cualquier tipo de carreras ilegales con apuestas de por medio, fuentes del caso aseguran que estas personas, británicas pertenecientes a un club automovilístico, acostumbran a conducir coches de alta gama, en esta ocasión el modelo Nissan GT-R Nismo, que puede superar una velocidad de 300 por hora. Simplemente conducían por diversión, declaran fuentes cercanas.