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SANIDAD

Respirar para volver a soñar

La neumóloga palentina Inés Salazar es galardonada por su estudio sobre la modificación del protocolo de elección de las pruebas diagnósticas en el estudio de la apnea del sueño

La neumóloga palentina Inés Salazar.ICAL

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Diario de Castilla y León | El Mundo
Valladolid

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Los seres humanos hacen cientos de cosas mientras duermen, entre otras soñar y por supuesto también respirar, aunque en algunos casos no de la forma correcta. Se calcula que entre el 15% y el 30% de los hombres y entre el diez y el 15% de las mujeres dejan de respirar durante el sueño varias veces a la hora a lo largo de la noche. A ese fenómeno se le llama apnea del sueño y puede derivar en patologías más graves si no se lleva un seguimiento y se le aplica un tratamiento. Inés Salazar Lozano, médico residente de tercer año en el servicio de Neumología del Complejo Asistencial Universitario de Palencia (Caupa) ha llevado a cabo una investigación sobre la optimización de pruebas diagnósticas en el estudio de la apnea del sueño que ha sido galardonado con el premio al mejor proyecto de investigación en el XLIII Congreso de Patología Respiratoria.

El trabajo se centra en el análisis de dos protocolos para la elección de la mejor prueba diagnóstica ante la sospecha de apnea obstructiva del sueño (AOS). Esta comparativa permite elegir la prueba más adecuada para el paciente en función de la probabilidad de sufrir AOS, pudiendo escoger el profesional sanitario entre realizar una polisomnografía (prueba hospitalaria más compleja de realizar e interpretar y con un alto coste) o poligrafía (prueba domiciliaria más sencilla, con menor coste, aunque menos específica).

"Empezamos planteando el proyecto en 2022 después de que mi compañero Javier Sánchez Maza hiciera un estudio con pacientes que venían con sospecha de tener apnea y ver así qué características tenían y diferenciar a los pacientes que tenían un alto riesgo. Con esos resultados, vimos que se podía modificar el protocolo a la hora de elegir la prueba y en 2022 decidimos establecer uno creado por nosotros tras analizar los resultados y compararlo con el que recomienda el consenso internacional que se publicó en 2021. Elaboramos el protocolo, diseñamos el proyecto y lo presentamos al congreso", explica la doctora palentina que recogió datos desde el mes de enero hasta diciembre de 2023 en 500 pacientes.

"La prueba que les realizamos nos indica el índice de apnea-hipopnea (IAH) que indica el número de veces que baja la saturación de oxígeno en cada hora del sueño. Menor de cinco veces es algo normal y mayor de quince tenemos un diagnóstico y esa persona necesitaría empezar el tratamiento. Entre cinco y quince depende de los síntomas", señala la médica. "Todo el seguimiento lo hemos hecho en el Hospital, nosotros les pasamos el protocolo para ver si tienen una sospecha alta, media o baja y en función de esa consideración se les trata con poligrafías o polisomnografías", asegura la palentina que se encuentra en su cuarto año de residencia. "Durante la misma vamos rotando por distintas especialidades en los primeros años y durante los últimos por distintos campos dentro de la neumología como las técnicas de broncoscopias o las consultas y plantas de hospitalización".

Para Inés, este galardón ha supuesto un impulso para realizar la recogida de datos, comprobar la estadística y conseguir resultados para ponerlo todo en práctica. Según la doctora, pese a que el estudio trata de cribar los pacientes que pueden hacer el tratamiento desde su casa, "hay pacientes que por sus características van a tener que ir al Hospital a hacerse una polisomnografía, aunque queremos ampliar el número de pacientes que se pueda beneficiar el diagnóstico de una poligrafía".

Para detectar si una persona tiene apnea del sueño o no es importante seguir un número de características que no siempre tienen que ver con si roncamos o no. "Los ronquidos son prevalentes y mucha población los tiene. Hay que tener en cuenta los síntomas para detectar una apnea del sueño, principalmente, el más común es la somnolencia, es decir acumular cansancio durante el día. A veces eso impide realizar las actividades normales porque puede hacer que te quedes dormido no solo en tu oficina de trabajo, también en el coche y eso es peligroso porque puedes tener un accidente", sugiere la doctora. "Otro síntoma, más llamativo, es el de despertar por la noche con sensación de asfixia o que alguien te vea que dejas de respirar durante los ronquidos. Tras eso se vuelve a roncar fuerte y respiras de manera normal sin llegar a despertarse".

En cuanto al tratamiento, Inés Salazar recomienda tratar las causas. La más común suele ser la obesidad, que favorece este tipo de síntomas. "Muchas veces el hecho de perder peso puede favorecer la desaparición de la apnea", explica. "En otras ocasiones la apnea es postural, es decir que si un paciente durmiendo boca arriba hace apneas, pero de lado no, a lo mejor le podemos dar alguna recomendación para que duerma mejor. Una vez se diagnostica la apnea del sueño, independientemente de las causas, el tratamiento que ponemos desde la Unidad del Sueño es una CPAP (siglas en inglés de presión positiva continua en las vías respiratorias), una mascarilla que cubre nariz y boca y da aire con presión. Eso favorece que esté abierto todo el rato la laringe para que la lengua no obstruya y que entre aire todo el rato".

Es importante mantener un control de este trastorno porque podría derivar en patologías mucho más graves, explica la palentina. "La apnea tiene relación con la hipertensión arterial, de difícil control o con eventos isquémicos cardíacos como por ejemplo infartos o ictus. Incluso puede tener relación con el cáncer. Ahora mismo está en estudio, pero al bajar la saturación de oxígeno durante la noche esto favorece el desarrollo de las células oncológicas. Al no tener oxígeno necesitan multiplicarse más rápido. No se sabe de que tipos, pero sí que puede favorecer a que una persona tenga cáncer y que este se desarrolle más rápido", señala Inés Salazar, que explica que lo que si disminuye es la calidad de vida de los afectados por este trastorno ya que la somnolencia hace que esta produce cambios de carácter o falta de concentración a nivel psicológico.

Si una persona o un familiar tiene sospechas de sufrir este trastorno, la doctora avisa que se ha de acudir a un profesional. "Lo primero que hay que hacer es ir a un médico de Atención Primaria, que valorará el caso, hará su diagnóstico y nos lo terminará derivando". Un trastorno que cada vez es más común entre la población y que tiene dos tipos de pacientes. "La apnea que se detecta en niños suele ser por problemas del aparato otorrino (en la nariz, amígdalas o por problemas neurológicos). Lo normal es que cuando pase el tiempo se solucione", afirma, sin embargo, la que se da en la población adulta suele tener un perfil ya identificado en varones de más de 40 años con un perfil predominante como es el de personas con obesidad.

Unidad del Sueño

La Unidad del Sueño del Hospital Río Carrión de Palencia se encarga de monitorizar a los pacientes que sufren de apnea y otras patologías respiratorias. "Allí se ven a pacientes con apnea y otros con ventilación. Pueden ser pacientes con problemas relacionados con la obesidad y con patologías como el síndrome de hipoventilación y obesidad que hace que respiremos de manera superficial durante todo el día, no solo durante la noche, que es el problema de la apnea del sueño. En estos casos también baja la saturación del oxígeno y tendríamos que ponerles una CPAP. También se tratan problemas neuromusculares como una ELA u otros problemas genéticos que necesitan ventilación", afirma Salazar.

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Esta unidad cuenta con dos camas para hacer pruebas de polisomnografía y dos polígrafos para hacer las pruebas en casa. "Además, colaboramos con la empresa Esteve Teijin, que nos suministra las máquinas y se encarga de hacer las poligrafías del norte de la provincia para que no tengan que venir al Hospital a la capital", concluye la doctora palentina Inés Salazar que seguirá trabajando como neumóloga para que sus pacientes puedan dormir más tranquilos y sin sobresaltos.