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SOLIDARIDAD

Las cien horas de David contra el cáncer en Palencia

El ultrafondista palentino David Ontaneda correrá durante más de cuatro días para recaudar fondos en la lucha contra esta enfermedad

El atleta David Ontaneda también ultrafondista David Fernández (D) realizando el "Reto 100 horas contra el cáncer".ICAL

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Diario de Castilla y León | El Mundo
Valladolid

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Los primeros rayos de sol comenzaban a iluminar la figura del emblemático Cristo del Otero en la capital palentina el pasado 2 de octubre. Toca terminar de preparar todo para que a las 8.00 horas de la mañana, uno de esos locos por el atletismo, un apasionado del deporte se enfrentara al que, hasta este año, a buen seguro, sea el reto más grande al que ha hecho frente en toda su vida.

Después de calentar y pese a la emoción que minutos antes embargaba, David Ontaneda arrancaba a correr "100 horas contra el cáncer", un reto en el que el ultrafondista deberá poner su cuerpo a situaciones extremas, pero en el que la solidaridad está presente desde el primer momento, Ontaneda lo tiene muy presente. Y es que este no es el primer reto solidario al que el atleta palentino se ha enfrentado estos últimos años.

Todo comenzó en 2022, cuando el palentino decidió unir dos sus dos pruebas más exigentes de la temporada, 'Los 100 km Ciudad de Santander' y el ultramaratón 'El Soplao' – El Infierno Cántabro’ con sus 112 kilómetros, en donativos para la Asociación Menudos Corazones, después de que apenas seis años antes, la cardióloga del Hospital 12 de Octubre de Madrid le comunicara que uno de sus gemelos venía con una cardiopatía congénita y tendría que ser operado del corazón al nacer. Desde ese momento, el palentino determinó que todos los años se enfrentaría a retos solidarios.

"Todos tenemos en casa a alguien o conocemos a una persona, ya sea un amigo cercano o un familiar que está en esta complicadísima tesitura y la única manera de que esto avance, como en todas las cosas es con recursos económicos", señaló el deportista en una de sus paradas para comer sobre el gran reto al que se enfrenta este año.

"Es una enfermedad realmente dura. Todos conocemos a alguien cercano a quien la enfermedad le ha golpeado o incluso se le ha llevado por delante, muchas veces son personas realmente jóvenes. Padres soportando el fallecimiento de sus propios hijos. A mí me gusta correr y si con mis piernas puedo ayudar a que se trabaje por la investigación y esa lucha real contra el cáncer avance, bienvenido sea", apostilló.

Pasadas ya las primeras 48 horas, las sensaciones para el corredor eran positivas, aunque el cansancio hacía su aparición. "Tengo un equipo de fisios que me dicen que todo está bien y el médico me tiene monitorizado. Todo va según lo previsto”, rezó Ontaneda, que apenas para para comer, dormir y por sus necesidades. "El componente mental es muy importante, sobre todo a partir de las cuarenta horas, es entonces cuando la mente empieza a tirar más que el cuerpo. Al final eso también se entrena. Procuro entrenar mucho con la fatiga, ya que muchos días salgo a correr a eso de las cuatro o cinco de la madrugada y ponerme así en situaciones más extremas", afirmó.

Pero David no está solo. Cuenta con un equipo médico y corredores que con el paso de las horas se van uniendo a él, como el de su amigo Dani Rodríguez, también ultrafondista, que decidió comenzar junto a él en el reto, aunque tuvo que parar durante el segundo día por una herida del pie. Pese a ello, su amigo no quería perder el minuto a minuto de Ontaneda. “Tengo la suerte de tener a mucha gente a mi alrededor y sin ellos esto sería mucho más difícil. Entre ellos tengo a un camarada como Dani que siempre está, él es un pilar básico igual que yo lo soy para él. Poco a poco a poco nos empieza a acompañar la gente y este domingo será la explosión final como previa antes de la Carrera Contra el Cáncer”, destacó Ontaneda que ha tenido que enfrentarse a las inclemencias meteorológicas propias de estos días.

"He tenido que andar mucho porque el agua resbalaba de manera considerable, pero fundamentalmente tener cuidado con los cambios de ropa: calcetines, zapatillas, ropa interior porque si el cuerpo está muy húmedo puedo tener complicaciones", aseguró el ultrafondista. "Esto no es una carrera normal en la que corres dos horas y te vas para casa. Esto sigue y tenemos que cuidar mucho no coger frío".

Pero no solo la lluvia y el viento han sido sus hándicaps durante estos días. “Gracias a mi médico he podido continuar. Durante la noche del martes al miércoles sufrí una bajada de tensión y me ayudó a controlarla. Lo mejor que tenemos aquí es que solo nos tenemos que preocupar por correr, todo lo que hay detrás está ya controlado”, explicó.

El corredor ha recorrido estos días un circuito de 650 metros y se ha diseñado dentro del Parque de Jardinillos, algo que podría resultar tedioso al contemplar el mismo paisaje todo el rato. “Parece muy difícil, pero al final has de olvidarte de que estás corriendo, buscar algún tipo de estímulo externo. Lo que sea para abstraerte y no pensar en la carrera porque eso al final te hunde”, aunque la máxima preocupación del palentino es lograr una gran recaudación.

Cuando organizamos la carrera de 48 horas, que se hizo con poco tiempo, apenas un mes de antelación, logramos recaudar cerca de 5.000 euros. En esta ocasión tenemos más tiempo para haberlo planificado y espero que eso sirva para ayudar en ese hándicap que muchas familias están padeciendo. Nos encantaría sacar una cantidad mucho más elevada de dinero”.

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Un reto que no para ahí puesto que Ontaneda ya está pensando en su próxima prueba. “Lo bueno que tiene este deporte es que cada día quieres más. Mi intención el año que viene es ir a Francia o a Italia al Lago Piccolo en mi primera prueba de seis días seguidos”. Lo que tiene ya claro es cómo será su descanso tras la exigente prueba. “Descansaré una semana y luego volveré al pico y pala. Los primeros días tienes muchos dolores, te cuesta comer y dormir. Esta es una carrera muy emotiva porque además se hace en casa y eso te impide desconectar a nivel emocional”, concluyó David Ontaneda con una gran sonrisa pese al cansancio de quien sabe que todavía tiene los últimos kilómetros por delante antes de acabar su particular reto en la avenida República Argentina, coincidiendo con la salida de la carrera-marcha contra el cáncer.