Diario de Castilla y León

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DURANTE el pasado fin de semana se ha celebrado en Valladolid un año más la feria Intur unida, en esta edición, a la nueva versión de la bienal Arpa rebautizada como Arpa Turismo Cultural. Aunque Intur ya no es, ni mucho menos, lo que era ni lo que llegó a ser, sigue siendo para muchos destinos el mayor escaparate de la oferta de turismo de interior en España a pesar de que haya sido, en esta ocasión, objeto de numerosas críticas y polémicas por su unión con el nuevo formato del certamen Arpa.

Aunque esta unión de Intur y Arpa haya sido muy criticada desde las filas socialistas quizá deberíamos ir más allá preguntándonos cuál es el papel del Gobierno de España en la promoción turística de destinos de interior como Castilla y León. Probablemente deberíamos, más allá de la polémica suscitada, cuestionarnos por qué Turespaña, que puedo asegurar que cuenta con magníficos profesionales en materia de promoción turística, sigue apostando por una España a dos velocidades también en este ámbito del desarrollo turístico. Las necesidades, las prioridades, los recursos presupuestarios y las estrategias promocionales de los destinos de la España interior no pueden ser los mismos que los de destinos basados en la oferta vacacional de sol playa.

En materia de promoción turística no funciona el criterio territorial de lo políticamente correcto intentando tratar por igual a todas las Comunidades Autónomas. Nada tienen que ver destinos saturados turísticamente que viven numerosas manifestaciones de sus residentes en contra de la masificación turística con Comunidades como Castilla y León con amplias zonas rurales despobladas y sin actividad económica que pueden encontrar en el turismo su tabla de salvación. Qué sentido tiene que el Gobierno de España siga invirtiendo en promoción turística de destinos saturados debido a una estacionalidad que no se produce en la España interior.

Mucho más sentido tienen las políticas turísticas de regiones y provincias con costa que, sin embargo, empiezan a apostar por sus recursos naturales, patrimoniales o gastronómicos en los que Castilla y León ocupa posiciones de liderazgo, Las estrategias de diversificación, internacionalización o de la tan traída desestacionalización deben ser muy diferentes en Castilla y León que en la costa del sol o en las islas baleares y eso debe tenerse en cuenta, no sólo por la Junta de Castilla y León, sino también por el Gobierno central. Aprovechemos con inteligencia nuestras fortalezas turísticas en lugar de perdernos en estériles polémicas por el formato de ferias que deben seguir trabajando por adaptarse a las actuales formas de promoción, distribución y comercialización turística.

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