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Editorial

Cáritas deja en evidencia el ridículo y el esperpento de PP y VOX en Burgos

La alcaldesa de Burgos Cristina Ayala, acompañada por el vicealcalde, Fernando Martínez-Acitores.ICAL

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Hace mal la alcaldesa de Burgos, que ha demostrado en otras ocasiones que agallas no le faltan, en plegarse a las exigencias de sus socios de excluir a organizaciones humanitarias que se dedican a la acogida de inmigrantes, indultando sólo a Cáritas. Y la mejor lección a la mandataria sobre el uso y el ejercicio de las convicciones se la ha dado Cáritas, que ha decidido no ser parte de vergüenza, desdeñando la subvención municipal si se excluye a los otros colectivos. Pero hace especialmente mal si al mismo tiempo reconoce que de no gobernar con sus socios de VOX no excluiría a esas organizaciones. Prescindir de las ideas, de las convicciones y de la determinación política por puro practicismo no es el mejor aval para la política actual. Al fin y al cabo, en poco se diferencia el PP municipal de la capital burgalesa de lo que padece Pedro Sánchez con los independentistas, eso que el PP llama chantaje.

La regidora burgalesa se ha metido en un barullo innecesario. Igual que VOX Burgos, aunque VOX Burgos parece vivir en constantes barullos innecesarios. Hay ocasiones en las que hay que plantarse. Esta es una de las que asiste al PP. Y hay ocasiones en que es prescindible montar una presunta algarada ideolótiga para darle gusto a la superioridad. Esta es una de las que asiste a VOX Burgos. Y quien les ha sacado los colores a ambos y los ha puesto contra el espejo ha sido Cáritas en un puro ejercicio de coherencia, compromiso y honestidad. Y Cáritas no está impulsado ni gobernado por presuntos organizadores de chiringuitos que colaboran con las mafias de la inmigración. A no ser que ahora Cáritas también entre en la nómina de los enemigos de la patria. A este paso va a ser mejor que aclaren cuáles son los tres que no son enemigos de la patria porque están acostumbrados a comulgar con las ruedas de molino, con las que no ha tragado ni Cáritas, y mira que es una organización bondadosa y caritativa.

Lo mejor sería que, tras unos días de esperpento político, PP y VOX retiren el veto ese de las subvenciones, se dejen de memeces y de hacer el ridículo y culminen las cuentas municipales que serán el mejor instrumento para medir su capacidad de gestión para el progreso de la capital burgalesa.

Cuando la política se convierte en un ejercicio estéril de ideología que no va a ninguna parte, los ciudadanos se dan cuenta del puro tacticismo de trileros. Cuando alguien asume lo tan inasumible que reconoce que en cualquier otra circunstancia no lo haría, los ciudadanos también se dan cuenta que no es capaz de mirarse al espejo cada mañana, difícilmente.