Diario de Castilla y León

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Madre me diría “ojo en qué jardín te metes”. Pues me voy a meter, porque estoy molesto. Estoy dolido. Y lo que en lenguaje coloquial venimos a denominar “encabronado”. Hay algo que me ha hecho soltar las muletas y acudir a mi archivo sentimental: la retransmisión que, desde la cadena pública, se ha llevado a cabo, coincidiendo con el día de la Hispanidad, del documental ‘ADN Colón’. Esto sí que ya me ha encorajinado. Y me puedo permitir estos lujos ya que no soy forense, ni genetista, ni experto en cromosomas, ni descendiente de Cristóbal Colón, ni judío. Aunque esto último habría que mirarlo, porque creo que todos tenemos algo de sefarditas. Me he criado en Valladolid. Me he formado como periodista en esta ciudad. He dedicado horas a saber de ella y de los suyos. Un personaje que me acompaña desde mi más tierna infancia es el de Colón. El museo frente a la imponente Iglesia de La Magdalena, en el que tomé contacto con los primeros documentos y recuerdos del descubridor Cristóbal Colón, además ha sido la sede de un centro cultural y Casa del Americanismo en Valladolid. Y acentúo, un centro de investigación y estudio de la América Colombina. Dentro de unos días se celebra en el Centro de Estudios de América - Casa Colón el XXX Congreso Internacional sobre Descubrimientos y Cartografía, lo que muestra que la parte investigadora sigue activa. Por cierto, el Museo Colón está abierto a los turistas. Y ahí sigue la Santa María con sus velas de hierro oxidadas en el patio de entrada. Es incomprensible, y que me perdone toda la comunidad forense, científica y genetista del planeta, que en el contenido de dicho documental solo se mencione Valladolid y el año en el que murió en esta ciudad Cristóbal Colón. Y nada más. El rastro que meticulosamente han seguido ningunea y olvida el punto de salida que aquí conocemos bien. El convento de San Francisco donde estuvieron sus restos y, por lo tanto, la primera pista para todo el periplo cubano, dominicano y sevillano en última instancia. Siempre es enriquecedor saber que una treintena de lugares reivindican el origen del genovés. Pues muy bien. Yo ahí no entro. Pero donde si salgo es a denunciar el olvido de este documental de que Cristóbal Colón, descubridor de América, murió en esta ciudad, a la que visitó en varias ocasiones. Y esto lo saben bien nuestros historiadores, de los que, por cierto, han pasado olímpicamente en el documental. Siempre guardaré en mi arcano profesional las respuestas de Jesús Varela, que fuera de la Casa Museo de Colón. Pero ahora igual es el momento de que Universidad y Ayuntamiento se tomen más en serio a Colón, aprovechando que el Pisuerga pasa por aquí, dejemos de cogérnosla con papel de fumar y, de una vez por todas, defendamos con orgullo y sin complejos a Colón en su última morada.

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