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EDITORIAL

El dinero de la dependencia debe dedicarse íntegro a la dependencia

UNA MUJER ANCIANA DESCANSA SENTADA JUNTO A UN CARRO Y SU MULETAJESUS

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EN LO QUE se refiere a Estado de Bienestar y servicios sociales, sanitarios o educativos el objetivo esencial de una administración es administrar con cautela, con prudencia, pero sobre todo con eficacia. El ahorro no es una opción. Porque siempre hay posibilidades de mejorar los servicios. Ese es el objeto y el objetivo de los impuestos. Ni el despilfarro ni la ingeniería financiera a costa de empeorar o no mejorar los servicios públicos esenciales.

La Junta «ha hecho caja», en palabras de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, con el incremento de dinero que ha recibido tras la pandemia por parte del Estado, que seguimos siendo todos, como ocurre con las comunidades autónomas. Hacer caja es haber sido una de las tres comunidades que ha reducido el gasto. Castilla y León está a la cabeza en este inexplicable descenso con una rebaja del 34,7% menos. Es algo que venían denunciando el PSOE y la Delegación del Gobierno ya desde los tiempos de Virginia Barcones. Y el colectivo de gerentes de servicios sociales certifica que tenían razón. Es la misma asociación que año tras año coloca a la Junta a la cabeza en la agilidad a la hora de las valoraciones y concesiones de ayudas. Pero es la misma que ahora dice que el dinero de más llegado del Estado no ha servido para mejorar el modelo. Ha servido para cuadrar cuentas de la institución autonómica.

La Consejería de Familia, con sus responsables a la cabeza, que siempre se han desempeñado con enorme transparencia, fueron pioneros en eso en la pandemia, no debería tardar mucho en explicar ¿cómo es posible ese descenso en el gasto, pese al incremento de los fondos del Estado? La Junta, a través de la consejera de Familia, sale al paso y denuncia que el Gobierno no aporta el 50% que le corresponde. Un argumento que, siendo cierto, nada tiene que ver con lo que dicen los gerentes y directores de servicios sociales, que aseguran que Castilla y León redujo su partida para la dependencia aprovechando el plan de choque del Gobierno. Estas gestiones del dinero público luego dificultan enormemente la batalla por una financiación solidaria y sin agravios. La financiación es para usarla. Las administraciones no son sociedades mercantiles. Dinero que se queda en el cajón o en la cuenta corriente no repercute en el bienestar de los ciudadanos. Castilla y León es líder en dependencia desde hace muchos años, entre otras cosas porque no dedica sus presupuestos al despilfarro como otros lugares. Debe seguir por ese rumbo con la gestión de los recursos con eficacia. Y la eficacia es que ese dinero discurra con agilidad entre los beneficiarios, por ejemplo, de la dependencia. En la caja no hace nada. Tirón de orejas a la Junta la de los gerentes de servicios sociales. Y no por su onomástica.