Nuestra comunidad autónoma

No entro en lo que debería de haber sido nuestra comunidad autónoma, ni tampoco en las posibilidades de que lo que queda de los viejos reinos de Castilla y de León llegue a conformar un día no lejano dos comunidades autónomas diferentes. Ahora, simplemente anoto la Comunidad de Castilla y León como la comunidad española más extensa de todas, pero una de las menos habitadas, ya que la despoblación del interior de la Península Ibérica ha marcado un episodio definitivo que se ha consumado en que muchos de nuestros pequeños pueblos apenas cuenten con alguna docena de habitantes. Y los más afortunados cuenten con un centenar que permanece a la espera de un cambio que vuelva a dar vida y esplendor a una naturaleza urbana que se precipita hacia el abismo de la posible desaparición. Son muchos ya los pueblos que en nuestra comunidad autónoma han sido definitivamente abandonados y muchos los que conservan la última esencia de una cultura rural que se pierde poco a poco, sin que nadie, absolutamente nadie, haga algo positivo para remediarlo. Como consecuencia de todo eso la despoblación de los núcleos menores se está agravando en las cabeceras de las comarcas, pues muchísimas ciudades y villas han perdido población de manera sorprendente. Y algunas, que durante los últimos años habían crecido, ahora se han visto superadas por la sangría que afecta a todo lo que no sean capitales de provincia. Parece ser que el “ser humano”, por las razones que sea, prefiere vivir en una gran población colmada de servicios.

Actualmente son muchos los funcionarios que no viven en los núcleos en los que ejercen su profesión y por lo tanto han de viajar, en ocasiones decenas o, incluso, cientos de kilómetros para llegar cada día a los puestos de trabajo. Hace relativamente poco tiempo nos hubiera parecido incomprensible que núcleos de población relativamente pujantes hayan visto amenazado su futuro en los últimos años. Pero la Comunidad de Castilla y León sigue siendo una comunidad autónoma que late en las cuerdas del futuro. Ofrece posibilidades que en ocasiones no sabemos o no deseamos contemplar. Hoy la Comunidad de Castilla y León ofrece un inmenso y sorprendente museo muy poco explotado y muy poco divulgado que seguramente podría ser el acicate que determine nuestra supervivencia.