Diario de Castilla y León

EDITORIAL

Es imprescindible que la policía vuelva a las calles de las ciudades

Ambulancias y policía nacional en recinto ferial de Palencia en la pasada noche.

Ambulancias y policía nacional en recinto ferial de Palencia en la pasada noche.Brágimo ICAL

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LAS FIESTAS de Palencia han visto enturbiadas por una reyerta de feriantes. Hay feriantes y feriantes. Y algunos, los de siempre, muy afincados en sus tradiciones, deciden dirimir sus disputas al margen del Estado de Derecho. Son sus tradiciones y no es cuestión de ofenderlas. Otras veces son violar hasta la saciedad a una menor y un juzgado de Salamanca considera que forma parte de las costumbres. Para el común de ciudadanos rige el Estado de Derecho, pero para algunos, precisamente los violentos y delincuentes, lo que rige es la tradición de la raza o la ralea. El caso es que en Palencia se liaron a tiros y atropellos, que es algo muy civilizado a la hora de discutir las desavenencias, según determinadas tradiciones. Y por si fuera poco, como también viene siendo habitual cada vez que protagonizan algún altercado con heridos en cualquier punto de la comunidad, pretendieron trasladar la bronca y los palos a las puertas del hospital donde se atendía a los cinco heridos por el atropello, y alguno de ellos con un par de tiros. Esto no es la anécdota. Es la categoría. Pregunten en el Clínico, en el Río Hortega, en el Hospital del Bierzo, en el Hospital de León... Están más que hartos los sanitarios de, además de preocuparse por curarlos, evitar que los linchen, como ocurrió no hace mucho en el centro berciano.

En cualquier caso, son tiempos de muchos festejos en Castilla y León. En las grandes ciudades. Y lo que se echa de menos es la presencia policial en las calles como elemento disuasorio y de seguridad. Desde hace mucho tiempo, no se sabe el motivo, la Policía Nacional ha abandonado las calles y las ha cambiado por patrullas fugaces en coches. Son las policías locales las que tienen que multiplicarse para atender concentraciones como las de los festejos que inundarán las calles de muchas ciudades de la comunidad en los próximos días. La Policía Nacional sólo se despliega, y con abundancia, cuando aparece Pedro Sánchez, o algún ministro a pasearse. Entonces sí van a pie.

Las ciudades son un lugar más inseguro, no cabe la menor duda, desde que algún dirigente policial, de esos mediocres que da la política, decidió sacar de las calles a las patrullas en parejas de los agentes de policía, pese a que existen brigadas ciudadanas, pero que sólo acuden si hay agentes disponibles cuando los municipales o los ciudadanos advierten de un delito. Es el caso, sin ir más lejos, de Medina del Campo, cuyo alcalde tuvo que salir a cantarle las cuarenta al subdelegado de Valladolid para que se enterara de lo que ocurre en su provincia. Es imprescindible que la policía vuelva a las calles. Y en estas fechas de festejos, irrenunciable.

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