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Editorial

Sareb, el timo del tocomocho de la vivienda con nuestro propio dinero

Edificio en construcción abandonado en Arroyo de la Encomienda (Valladolid).EM

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El invento de Sareb, ese organismo creado para salvar las ruinas ocasionadas fundamentalmente por la política en las desaparecidas cajas de ahorros y las generadas por las golfadas en algunas entidades bancarias ya arruinadas, absorbidas o desaparecidas es una especie del timo del tocomocho a los contribuyentes, con sus propio dinero. Sin estampitas ni nada. Descaradamente.

Más de un año ha pasado desde que el presidente del gobierno Pedro Sánchez se sacara de su chistera electoral la ocurrencia de que con 180.000 pisos de Sareb se iba a poner coto al gravísimo problema que es el acceso a la vivienda, pese a ser un derecho constitucional. Sareb no ha soltado un solo piso a las comunidades autónomas como prometió. Y lo que está ofreciendo es desecho de tienta. Edificios ruinosos, como algunos de los que ha sacado a la venta, por ejemplo en Valladolid. Sareb no tiene vergüenza ni nadie que se la ponga. Pese a que los suculentos sueldos del presidente, Javier Torres Riesco, y el consejero delegado, Luis Puig, los apoquinamos todos, como el resto de la camada de su consejo, que cobran por no hacer nada. Su idea es devolver los buenos inmuebles a manos de los bancos a los que se los quitaron para evitar su ruina. Resulta cuando menos sospechoso las operaciones que están haciendo. No vender inmuebles directamente pese a tener compradores, pero sí estar dispuestos a utilizar intermediarios para su venta. Muy sospechoso. El gobierno debería investigar y auditar qué se está haciendo en Sareb.

Un año después del anuncio bulo de Pedro Sánchez se ha destapado poniendo en el mercado a disposición de 81 ayuntamientos de Castilla y León solares, supuestamente a precio bajo. Los ayuntamientos, especialmente pequeñitos, no son promotores ni se pueden permitir esos lujos. Lo que sí está claro es que Sareb se ha convertido en un instrumento para la especulación, no para influir en la bajada del precio de la vivienda. Vivienda social y pública, que es la que prometió Pedro Sánchez para afrontar uno de los graves problemas sociales que tiene este país, también acentuado en la España vacía, de la que Castilla y León tiene mucha.

Sareb es el banco malo que nos endosaron a todos. Pero sus directivos cobran sueldos de los buenos por tener retenidos miles de pisos y viviendas, pese a que muchísimos ciudadanos no pueden acceder a un hogar o viven en zulos, fruto del modelo insalubre e indecente que durante décadas han abonado PSOE y PP en este país en el sector de la vivienda. En eso somos únicos en Europa. Somos la vergüenza de Europa. Pero a los de Sareb, Torres y Puig, se la sopla, mientras ellos llenen sus bolsillos.