Diario de Castilla y León

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El Otoño Musical Soriano es un festival consolidado cuya calidad en la programación año tras año ha conseguido el refrendo del público. En los poco más de veinte días que dura, consigue superar los 10.000 espectadores. En concreto, el año pasado rozó los 12.000. Pónganse en contexto y tengan en cuenta que la capital soriana a duras penas llega a los 40.000 habitantes y toda la provincia alcanza justo los 90.000, así que el público que pasa por el Palacio de la Audiencia y otros escenarios en los que se desarrolla el relevante evento musical representa un porcentaje muy significativo en relación al número de habitantes. El Otoño Musical es, sin duda, un referente en Castilla y León, y cada vez gana más relevancia en el panorama nacional. El único secreto es la calidad de la programación, por supuesto, dado que por muy magnífico escenario y entorno que se consiga, si no hay una programación que atraiga al público no hay nada que hacer. También es cierto que los precios son muy asequibles, un factor que también hay que tener en cuenta. Ni una cosa ni otra se podría conseguir si no hubiera una aportación pública, también hay que tenerlo en cuenta, pero el rédito de la inversión en una zona que es primera línea de frente del denominado reto demográfico justifica ya por sí solo la aportación de las administraciones. Y a este respecto, lo más llamativo no es que haya implicación de una administración, sino que el Otoño Musical consiga poner de acuerdo ni más ni menos que a tres, la nacional, la autonómica y la local, y dentro de esta última a dos instituciones, el Ayuntamiento de Soria y la Diputación provincial. Un auténtico milagro, en los tiempos que corren, que hay que atribuir a la música. Promovido por el Ayuntamiento de Soria, el festival tiene un relevante apoyo de la Junta de Castilla y León y cuenta con la colaboración del Gobierno de España y la Diputación. La música logra poner de acuerdo al PSOE y al PP, que hacen que el epicentro de la despoblación, durante 20 días del mes de septiembre, llegue a superar a ciudades de muchos más habitantes en programación cultural. Representantes de las cuatro instituciones se juntaron esta semana para presentar la programación de un Otoño que en Soria se inicia el 5 de septiembre y termina el día 27 de ese mes. Representantes del PP y del PSOE y un consejero de Cultura que nombró Vox y que después de la ruptura del pacto se mantiene junto a Alfonso Fernández Mañueco, reafirmando su independencia, y del que habla bien hasta el alcalde socialista soriano, Carlos Martínez Mínguez, y quizá eso deje mucho más claro que Gonzalo Santonja es un verso suelto -una nota habría que decir en este caso- en la política. Ojalá hubiera muchas más historias como el Otoño Musical Soriano, capaz de poner de acuerdo a unos políticos cada vez más crispados. Es un Otoño que en realidad desarrolla la mayor parte de su programación en el final del verano, pero que también aporta un aire con toque primaveral en lo político, aunque sea, como toda brisa, pasajera.

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