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EN PEDRAZA DE LA SIERRA, que está en Segovia, saltó la noticia. Su emblemático castillo tiene nuevos propietarios. Los descendientes de Ignacio Zuloaga, el pintor vasco que quería ser torero, han llegado a esta conclusión tras deliberaciones familiares. El castillo de Pedraza hasta ahora era conocido como el castillo de los Zuloaga. Ahora no sé cómo lo llamaremos tras la adquisición de sus nuevos alcaides. Se barrunta el liderazgo del productor Luis Álvarez, el cineasta Santiago Segura y el humorista José Mota, que son los nombres conocidos por ahora. Y sin desmentir. Incluso se habla de casi cinco millones de euros. Sus intenciones no pueden ser mejores. Dicen que van a abrir sus puertas al público, que no se van a desligar de los eventos culturales de la villa, incluida su colaboración con la Fundación que vela por los exitosos conciertos de las velas. Como es de esperar, ya se habla de un plató permanente para rodajes, eventos, series y así. Los Condestables de Castilla podrían estar en la lista de una futura serie. Esto es de mi cosecha propia. Se comenta que tienen ya su plan de gestión en marcha y unos decoradores de interiores y exteriores de lujo. Ahora habrá que sortear las normativas de Patrimonio y tener en cuenta que Pedraza ya está surtida de turistas, que roza la saturación, que en esta villa serrana se complica la cosa cuando solo tenemos una puerta para entrar y salir por un arco pegado a la cárcel. Por donde no caben autobuses grandes ni mucho menos tráileres. Pedraza nunca será Puy du Fou. María Rosa Zuloaga, nieta del genial pintor costumbrista, me dijo en varias ocasiones que ese castillo y los Zuloaga viajaban juntos en la historia de la familia. Era territorio zulogaesco. Y que le preocupaba el futuro de las obras y estancias musealizadas del interior. Me lo confesó en el salón taller de su abuelo donde preside la estancia un cuadro titulado “Mi familia”. Un museo que comparte hasta la fecha contenido con el de Zumaya en el País Vasco. Es curioso que en estos momentos el Museo Zuloaga de Segovia acoja la exposición “Zuloaga, retorno a Castilla”. Que paradoja. Segovia y los Zuloaga. Daniel, el ceramista, cuyas colecciones anduvieron danzando, la última vez en el Palacio Episcopal en manos del malogrado Eleuterio Laguna, que tantas historias me contó. La aventura episcopal dio al traste. Siempre los Zuloaga y Segovia. Daniel el ceramista e Ignacio el pintor en Pedraza de la Sierra y su castillo. Merece la pena la vista al museo segoviano estos días. Es como un aldabonazo en la línea de flotación sentimental de los segovianos ilustrados. Me pregunto si no había más castillos para tan buenos señores y con tan brillantes ideas en esta región tan acastillada y tan vacía.