Diario de Castilla y León

EDITORIAL

La urgencia del PP en reconstruir el Diálogo Social, pero con rigor

La consejera de Industria, Comercio y Empleo, Leticia García, se reúne con agentes económicos y sociales del Diálogo Social.

La consejera de Industria, Comercio y Empleo, Leticia García, se reúne con agentes económicos y sociales del Diálogo Social.Miriam Chacón ICAL

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QUE LA FRACTURA en el seno del Diálogo Social quebraba las convicciones y principios del PP lo sabía hasta el que asó la manteca. El Diálogo Social es fruto del ingenio del PP. Del PP de Herrera, que es el mismo que el de Mañueco, aunque cada uno tenga su estilo a la hora de vestir la Presidencia de la Junta. Y está tan claro eso que la primera acción adoptada con urgencia por Mañueco tras quedarse gobernando en solitario ha sido empezar a reconstruir los añicos del Diálogo Social que dejó la anterior cúpula de Industria y Empleo. Ese es el cometido esencial que tiene la nueva consejera, Leticia García, política prudente, serena, consecuente y con enormes dosis de eficacia, tal y como reza en su recorrido y trayectoria. Son virtudes esenciales para reencontrar el entendimiento.

El Diálogo Social no es un órgano que reúne sólo para repartir subvenciones a mansalva, aunque en algunas ocasiones lo ha parecido. El Diálogo Social es el instrumento necesario para encontrar los puentes de entendimiento y concordia entre patronal, sindicatos y administración. Ese entendimiento que debe fortalecer la credibilidad de Castilla y León como lugar solvente para invertir. Eso es lo que ha permitido que, por ejemplo Renault, empresa francesa, fabrique cinco coches en sus factorías de Valladolid y Palencia. O que la galletera Gullón haya seguido creciendo sin parar en un pueblecito de la montaña palentina, con 2.000 empleos y más de 600 millones de facturación y un ritmo inversor sin precedentes en la industria agroalimentaria. Sólo dos ejemplos, pero los hay a cientos. El Diálogo Social es ese marco de estabilidad, pero también el tablero que tiene que guiar las políticas de empleo. Políticas eficaces y prácticas. No el derroche de dinero en subvenciones para cursos absurdos que no se sabe quiénes se embolsan. No puede ser la excusa para dilapidar dinero en cursos de sumiller o bobadas de ese estilo. Y eso ha sido una realidad en Castilla y León. Hay que escuchar a los empresarios y a los sindicatos y dirigir esas políticas hacia los nichos de empleo. El sector servicios o el de transportes es uno de los más acuciados por la falta de personal. Sumilleres sobran y zarandajas de ese tipo también. En la federación de comercio, por ejemplo, se ha dilapidado dinero público sin control. Todas esas políticas tienen que ir acompañadas de una auditoría y un análisis sobre su eficacia. De lo contrario no sabremos si caminamos con acierto. Leticia García tiene los ingredientes esenciales para el diálogo. También tiene que disponer de la contundencia y carácter suficiente para aplicar rigor político con el dinero público y con el destino laboral de Castilla y León.

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