Diario de Castilla y León

Editorial

Tragedia creciente en las carreteras mientras el delegado se pasea

Imagen del accidente de tráfico en León

Accidente en la provincia de LeónX Bomberos de León

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Un mes o menos estaba bastado para certificar que las medidas anunciadas a bombo, platillo y rueda de prensa por el delegado del Gobierno de Castilla y León, Nicanor Sen, para atacar la sangría de muertos de las carreteras de Castilla y León son, además de inservibles, ineficaces. Es la tragedia que no cesa. Y ya lo advertimos no basta con una rueda de prensa con el único trasfondo de agazapar radares por lugares insospechados para achicharrar a multas a los conductores. Lugares, además, que no constan que registren alta siniestralidad. El ánimo recaudatorio de la Dirección General de Tráfico es insaciable. Y ese es su único ánimo. Los muertos siguen sembrando las carreteras. Hacen falta más agentes, es cierto. Pero no para acribillar a multas los conductores. Para disuadir, para concienciar y para ayudar. Si la DGT en global cree que con triturar a los conductores metiéndoles la mano en la cartera para engordar la recaudación con la que seguir engordando la nómina de inútiles y asesores en el gobierno más caro de la historia es la solución, es que nos toma por idiotas a los ciudadanos.

¿Qué van a hacer el delegado del gobierno y sus dos compinches de rueda de prensa para hacer acopio de presencia en medios ante Moncloa?¿ Van a seguir paseándose por la comunidad en visitas de cortesía, abrazotes y apretones de mano? Que es a lo único que se dedican. Ayer otros tres muertos. La tragedia que no cesa. ¿Van a seguir así o van a exigir más agentes para la colaboración y la concienciación, además de poner el dedo en la yaga y reclamar al Ministerio de Transportes el arreglo urgente de carreteras, que son verdaderas indecencias asfálticas. Sólo hay que circular por determinados tramos de la Autovía del Noroeste (A-6), una de las principales arterias de comunicación de este país, la que vertebra la mayor parte del tráfico entre la meseta y el noroeste. Es una vergüenza cómo lo dejó la anterior ministra socialista y cómo sigue en muchos tramos. Y así podemos seguir. Pero de esto no han dicho ni pío Nicanor Ser ni sus dos compinches de rueda de prensa. Ellos no están para incomodar a Madrid, no vaya a ser que los cesen. Ellos están para echarle la culpa de todo al contribuyente, y rebuscar excusas en las estadísticas para siempre culpabilizar a los muertos. La creciente mortalidad en las carreteras de Castilla y León es una tragedia real, no estadística. No estaría de más que hicieran algo más que la coyuntural rueda de prensa de alivio ordenada desde Moncloa, Nicanor Sen y sus dos compinches de rueda de prensa. Es el delegado del Gobierno. Le habrá colocado Pedro Sánchez, pero trabaja para los ciudadanos de Castilla y León, que son los que pagan su nómina.

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