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El propio expresidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha sido el encargado de disipar, en nombre del Partido Socialista, la más remota posibilidad de que una reforma legislativa pudiera modificar el número actual de autonomías españolas. Llegó a matizar que una hipotética «autonomía para León» debería de latir dentro del marco de la actual Comunidad de Castilla y León. Quizá, con sus palabras -yo así lo interpreto- ha desautorizado a los representantes políticos del PSOE de esta capital y de esta provincia, y a todos los que pensaron que habían dado un gran espaldarazo durante los últimos días aprobando en la Diputación de León esa moción que pretendía una nueva autonomía para España. Aseguró Zapatero que la solución sería la de tener unas diputaciones mucho más fuertes y ha descartado de un modo taxativo la autonomía leonesa. Desde el Palacio de los Guzmanes -sede de la Diputación de León- todo esto ha sido explicado con tanta claridad que a los leoneses ya no nos queda duda de que León forma parte y seguirá formando parte de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. También ha asegurado que esa «identidad leonesa» que piden algunos leoneses y que no piden los zamoranos y tampoco piden los salmantinos ya está latente en la provincia de León de un modo muy particular y muy marcado. Ha dicho Zapatero que podrían, en todo caso, descentralizarse competencias, modificarse las pautas de funcionamiento de la Comunidad Autónoma, pero de ahí a la posibilidad de una autonomía leonesa hay un trecho tan grande que de momento no se va a dar. Zapatero ha hablado claro -que es como deben de hablar los políticos- para que sus correligionarios de partido se den cuenta de que todas esas mociones que se han venido aprobando en favor del leonesismo independiente son una pérdida de tiempo y carecen de sentido o, si acaso, forman parte un conjunto de matices que nada tienen que ver con la pura realidad. A la UPL le queda la posibilidad de romper un pacto que nunca va a romper, ya que si lo hiciera quedaría fuera del gobierno de las instituciones y tampoco tendría la posibilidad de pactar sus criterios y apetencias con ningún otro partido capaz de resolver estos asuntos. El Grupo Socialista de la Diputación de León se ha visto obligado, por sus pactos con la UPL, a defender posiciones indefendibles en vez de dedicarse a trabajar por esta provincia que tanto, tanto y tanto necesita. El Partido Popular, en este caso, tampoco ha estado por la labor y una de las pruebas más evidentes es que en la Diputación de León votaron de un NO unánime y rotundo en la moción por la Autonomía Leonesa.