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Santonja salió al albero para repasar su gestión y dio cuenta de las tres Marías que le tocaron en suerte. Turismo, la más agradecida. Menos agraciadas Deportes y el saco sin fondo de Cultura, que necesitan inyecciones en vena a pesar de los gestores culturales, que es el último ejército en incorporase a la batalla de la puesta en valor de los recursos patrimoniales materiales, inmateriales, paganos y espirituales. No vendría mal más dotación al deporte base, más entrenador profesional e incremento de docentes. De instalaciones no andamos mal. Un equipo con su entrenador solvente hace más por la educación de los chavales que todo un claustro con psicólogos incluidos. La Cultura tiene su agenda anual, que da lustre a las artes y sus artistas con conciertos y festivales y la desbordante propuesta museística y expositiva. Y sin contar el programa cultural de pueblos que solo sale en Facebook local. No va mal. Como era de esperar el autor de Museo de Niebla defendió las Edades, la Lengua y el arte de Cúchares. Qué pena que nadie le preguntó para cuando iniciamos las devoluciones de lo que se llevaron o casi regalamos cuando éramos tontos y pobres. Rejerías, coros, sepulcros y hasta claustros enteros… ¿Por qué no? Siempre será mejor que cuestionar desde el ministerio las Américas y negar al toro enamorado de la luna en la dehesa. Más perdiz mareada con la letanía de los apartamentos y viviendas de usos turísticos. No tan relevante aquí. Las casitas rurales funcionan de perlas. Lo que necesitamos es que se apueste por la verdadera infraestructura que garantiza atención, calidad, profesionalidad y servicio a los turistas y viajeros: hoteles, hostales, hoteles rurales y restaurantes, desgraciadamente engullidos por el taperío. En cuanto a la masificación, por ahora, no tiene peligro salvo la primera semana de agosto en el Lago de Sanabria, algún puente en Segovia y un par de mañanas en Ávila. Ya quisiéramos un poco de saturación de turistas en nuestras capitales y que en los destinos rurales hubiese overbooking. No lo hay salvo en una media docena de domingos en Castrillo de los Polvazares, La Alberca, Pedraza de la Sierra, Covarrubias y unos pocos más. Problema del turismo y de todo en general es la falta de trabadores en la hostelería. Habrá que revisar los fondos, cursos, convenios y fórmulas de motivación a la juventud. El método Edades, véase Campos del Renacimiento, es válido y debería aplicarse en más territorios. Los caminos de Santiago, cuanto menos se toquen, mejor. Y la arqueología habrá que “desatapuerquizarla” para que el mosaico regional se oxigene en el medio rural y excaven todos. Mas promoción genérica con campañas a la altura de nuestro indiscutible liderazgo. Quedan más en el tintero.