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Editorial

Santonja tiene que actuar ya con la invasión de apartamentos turísticos

Apartamentos de uso turístico en Valladolid.PHOTOGENIC

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La fiebre de los apartamentos turísticos ha hecho saltar las alarmas en muchas ciudades. Madrid ya ha tomado medidas. Barcelona se prepara para ello. No puede ser una invasión que tenga como consecuencias el descontrol del turismo, el semiabandono de los centros urbanos y el incremento desmesurado de los alquileres en las ciudades, obligando a la gente, especialmente a los jóvenes, a huir al extrarradio. Castilla y León no tiene que esperar a que el drama llegue a las puertas de muchas de nuestras ciudades, algunas ya plagadas, en sus almendras centrales de este tipo de instrumento turístico que ha crecido sin control, mientras, como es habitual, la política miraba las nubes hasta que el problema se ha convertido en un drama.

El consejero de Cultura y Turismo, Gonzalo Santonja, anunció ayer, en dación de cuentas en las Cortes que la Junta aboga por un «cambio normativo» conciliado con el sector. Después de dos años largos de legislatura el departamento que dirige Santonja debería ofrecer algo más que abogar. Están para actuar. Para la acción política. Bien rápidos que fueron para cambiar un buen logotipo por otro con el que perpetraron uno de los mayores ridículos vistos en la historia de la Junta de Castilla y León. No espere, consejero Santonja. Póngase manos a la obra. Pero no sólo con el sector. Porque los apartamentos turísticos no sólo afectan al sector del turismo. Afectan al vigor de las ciudades y a la especulación de los alquileres, ya imposibles en muchos lugares por la invasión de los apartamentos turísticos.

Y mientras se ponen manos a la obra después de dos años con los brazos cruzados, no estaría de más que intentaran un control sobre la invasión de apartamentos turísticos ilegales, que también brotan como las margaritas en verano. Y, por favor, no digan que eso es asunto de los ayuntamientos, como ya hicieron hace año y pico cuando gobernaba el PSOE en Valladolid. Las policías municipales no están para vigilar el descontrol que ocasiona la administración que tiene las competencias. Y en Turismo son de la Junta. Es verdad que se encontró la consejería manga por hombro por la desidia de su antecesor, que había entregado las llaves para desarmarlo todo al que fuera vicepresidente con Ciudadanos. Pero Santonja ya lleva dos años en el departamento y, de momento, se han dedicado a disfrutar de la inercia que traía el turismo desde hace más de una década en Castilla y León. Pero es tiempo de actuar. No esperen a que veamos el drama que empieza a asomar en otras ciudades del país. La política inteligente es la de la anticipación. La innecesaria es la que ve pasar el tiempo.