Diario de Castilla y León

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Ya está aquí el verano y los políticos, por más que quieran hacernos ver como que trabajan habilitando este mes de julio en las Cortes para fingir como que hacen algo, están pensando ya en sus vacaciones. Claro que alguno ya se las cogía casi nada más acabar su intervención en el Debate sobre el Estado de la Comunidad y ese será su estado, más allá de algún tuit para disimular que está activo, hasta septiembre.

Vacaciones y verano que quizás sea lo mejor que le puede pasar al PSOE de Castilla y León y a su dícese líder Luis Tudanca, que se ha marcado un Mariano Rajoy en todo lo que tiene que ver con la moción por la autonomía leonesa, por más que desde dentro y al más alto nivel le piden, le exigen que lidere el debate sobre el ‘Lexit’. Dice que va a preguntarle a las bases, a los afiliados, en lo que no es más que una huida hacia adelante para no afrontar el gol por la escuadra que les acaba de meter la UPL en forma de moción en la Diputación de León.

Los leonesistas saben que esto no va a ninguna parte, que no se engañe nadie. La autonomía de Castilla y León va a seguir conformada como está. Pero los leonesistas han hecho presa y no van a soltarla. Si algo hay que reconocerle a la UPL y a su líder Luis Mariano Santos es que él sí está sabiendo liderar el ‘Lexit’, marcando los tiempos. Primero, con mociones en ayuntamientos pequeños y juntas vecinales donde sabía que las tenía ganadas, bien con sus votos o con los del PSOE y el PP que, al tratarse de municipios y pueblos pequeños, era fácil camuflar su sí a la autonomía leonesa. Después llegaba el turno de los ayuntamientos más grandes, para culminar en el de la capital leonesa donde también sabía que ahí José Antonio Diez y los suyos iban a ser unos más. De eso hace ya cinco años. ¿Podía haber presentado la moción en la Diputación de León antes? Sí, claro que podía. Pero Luis Mariano Santos no tenía prisa. En el mandato pasado también el PSOE gobernaba la institución provincial gracias a la UPL, pero entonces, como bien se demostraba después, Santos no tenía el control del único diputado leonesista. Ahora sí que lo tiene, tanto como que tiene el control del gobierno, y lo sabe. Como sabía que el PSOE no le iba a votar que no a la moción en defensa de la autonomía leonesa, de la misma forma que tiene claro que en las Cortes de Castilla y León no es que lo tenga perdido, que lo tiene, sino que es probable que, de presentarla ahora, se quedaría prácticamente con tres votos, sus tres procuradores.

A falta de liderazgo en este asunto en el flanco socialista castellano y leonés, no hay más que ver el guirigay de manifestaciones de unos y otros mientras el supuesto líder no pasa de un comunicado en un consejo casi a escondidas y sin todos los barones provinciales, Luis Mariano Santos continúa con sus tiempos y marcando sus ritmos, esos que le llevan a mirar hacia Madrid. Esa será su siguiente estación. Y, en ella, ya poco o nada le importa lo que vaya a suceder, que será nada, porque el discurso lo tiene ganado tras el gol por toda la escuadra en la Diputación de León.

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