Diario de Castilla y León

LA SOLANA

¿Retroceso en la libertad de opinión y expresión?

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Han pasado quince días desde la última solana, toda una campaña electoral en la que no ha sorprendido ni la crispación ni la polarización, porque ya es algo habitual. Tampoco que se hable de cosas diferentes a lo que real o teóricamente está en juego en las urnas, o que se cambie el sentido de la convocatoria para convertirla en diversos referéndums o plebiscitos. En el ecuador de la campaña, en Soria se desarrolló un acto empresarial, que no se colocó en esa fecha con intención alguna, porque todos los años se celebra en el último jueves del mes de mayo. Es la entrega de los premios de Foes, la CEOE soriana. Resultó llamativo que, estando en mitad del ritual previo a lo que se suele citar como la fiesta de la democracia, la principal reivindicación del presidente de la patronal soriana, Santiago Aparicio, que también presidente la de Castilla y León, fuera un derecho fundamental reconocido en la Constitución española, en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y en la Declaración Universal de Derechos Humanos, la libertad de opinión y de expresión. La queja de Aparicio fue tan llamativa que habló de un retroceso de 49 años. Los empresarios sienten que intentan amedrentarlos cuando expresan sus opiniones y apuntan directamente a «representantes públicos que, imbuidos de supremacía moral, nos presionan para cambiar los principios y puntos de vista que defendemos, llegando, incluso, a las amenazas». Pues mal vamos y quizá todo esto, que no les sucede solo a los empresarios, ni siquiera solo a las organizaciones, sino que llega hasta los individuos, sea el fruto del empeño en polarizar, en apostar por la gresca constante para santificar la crispación permanente, en algunos casos llegando a poner en entredicho el valor de lo conseguido gracias a un instrumento básico llamado consenso. El retroceso citado por Aparicio respecto a la libertad de expresión parece real, aunque exagera al comparar la situación con la de hace 49 años. Porque, afortunadamente, y pese a las amenazas, los empresarios, como otras organizaciones, han podido participar en la campaña electoral, que no son solo para que hablen los políticos, y hacer sus peticiones a los partidos. En el caso de los sorianos, se han expresado junto a las patronales de Cuenca y Teruel, con las que se han unido en la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA) y remitieron un documento a los candidatos españoles que compiten en los comicios de mañana en el que proponen 28 medidas para mejorar en la lucha contra la despoblación. Los empresarios de las tres provincias tienen su opinión, la expresan y además hacen propuestas con la esperanza de que las recojan los políticos. Hay que confiar en que eso no le pese a nadie, porque así es la democracia.

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