Mansos los quiere Moncloa

HEMOS REGRESADO a esa fase tan esperpéntica en la que ha decidido instalarse la política indolente en el delegado del Gobierno de Castilla y León que mira unas papeletas electorales con el subdelegado de Valladolid mirándolas al lado como la vaca cuando ve pasar el AVE. Es la misma que en la que la delegada un día inauguró un funcionario que venía para jubilarse. Es ese afán absurdo y todavía incomprendido de los estrategas de la nada que confían en la necesidad de que los políticos aparezcan, aunque sea para hacer el ridículo. Es el ansia por hacer que la noticia sea que un perro muerde al hombre o que el político dé una rueda de prensa y el único titular posible es que el político ha dado una rueda de prensa. El universo informativo se llena a diario de obviedades que dejan atónito al lector, que es el único que no entiende que noticia viene del inglés news, nuevo. Es como el día que se le ocurrió al bueno de Nicanor Sen dar una rueda de prensa, para mayor gloria del postureo de la directora de la cosa de la DGT en Castilla y León, para anunciar que nos van a meter ocho radares más para engordar las cuentas de la ministra Montero con el que taponar los derroches del gobierno. Podía haber sido la rueda de prensa para preocuparse por la elevada mortalidad en las carreteras. Podía. Pero, no. Fue para avisarnos que nos van a meter la daga en la cartera a la mínima que te despistes y a ser posible a traición. Podía haber sido para preocuparse por la alta siniestralidad, anunciando que están escandalizados por el lamentable estado en el que están algunas de las principales carreteras de la comunidad, tipo A-6 o A-11 a la salida de Valladolid, y que se van a ciscar en los muertos del ministro del ramo por cómo las tiene. Podía haber sido noticia. Pero no, si te matas en carretera la culpa siempre es tuya. Pero para aliviarte la carga van a intentar coserte a multas por los cuatro costados y que aligeres la herencia. Culto al cuerpo. Mansos los quiere Moncloa.