Un aumento de la criminalidad que obliga a redoblar los esfuerzos

Cierto es, y como tal debe valorarse, que Castilla y León se sitúa como una de las comunidades con menor tasa de criminalidad, pero no lo es menos, y así lo refleja el último informe que ésta se ha incrementado en lo que va de año. Y lo hace por el efecto de los robos en viviendas y, también, por la ciberdelincuncia con estafas cada vez más generalizadas e a través de Internet.

Los delitos contra la propiedad bien puede decirse que en lo que va de año 2024 se están convirtiendo en una constante en Castilla y León, donde representan unas de las infracciones penales más frecuentes. Según se detalla en el último informe facilitado, en el primer trimestre del año tanto los robos con violencia e intimidación como los hurtos y asaltos con fuerza en domicilios se dispararon en la Comunidad. Un aumento que, sin ir más lejos, también se hacía especialmente notable en la capital vallisoletana.

Tan solo se redujeron los hurtos, es decir, los robos menores, aunque lo hicieron de una forma muy discreta. Robos que también se evidencia, a la vista de las últimas cifras, que se aumentan no sólo en casas y vivienda, sino también en establecimientos y otras instalaciones. De hecho, al ampliarse ese espectro, estos delitos se reducen, lo que significa que el aumento se produce solo en domicilios.

Junto con los distintos tipos de robos, también destacan en Castilla y León los ciberdelitos, aquellos que se cometen a través de internet, comienzan a acaparar buena parte de la estadística de criminalidad en Castilla y León, hasta el punto de que prácticamente el 30% de los que se registran a lo largo del primer trimestre del año se enmarcaron en esta tipología.

Parece claro que es necesario redoblar los esfuerzos por parte de las administraciones competentes en materia de seguridad, sobre el Gobierno, para hacer que la criminalidad vaya en descenso. No se puede conformar con que la Comunidad se mantiene en el furgón de cola en cuanto a tasa de delitos, si éstos, como se demuestra con los robos y con la ciberdelicuencia van al alza. Desde los sindicatos policiales y de la guardia civil se vienen demandando más efectivos y, parece claro, que deben redoblarse los esfuerzos para frenar este aumento de los delitos.