Urtasun, capotazos electorales
El ministro del ramo, del ramo que le sale de la entrepierna a él, ha decidido cargarse el Premio de Nacional de Tauromaquia. Y al amparo de tal concordia política los primeros que han saltado han sido dirigentes del partido con el que está asociado Urtasun para convertir el país en un caos constante y en el que la política, lejos de un tablero de diálogo, es un campo de estiércol en el que estar constantemente sacando de quicio al contribuyente. Es la concordia según Urtasun, mandatado por su jefa. Urtasun gobierna en este caso para su público. Su cada vez más escasa afición. Barruntan, los de Sumar, que en las europeas pueden lograr el mismo contundente resultado que en las vascas y gallegas precedentes. A estos la suma siempre les sale negativa. Hay que ser mantas para arruinar en tan escaso tiempo la herencia birlada a Pablo Iglesias. Y a mantas no les gana nadie. Pedro Sánchez se frota las manos. Sánchez manda. En el relato. Los tiempos. Y, visto lo visto, en Sumar. Yolanda Díaz era un submarino de Sánchez para acabar con Podemos y regresar el voto de la izquierda al PSOE y no lo habíamos visto venir. El primero que salió en tromba fue el procurador Fernando Pablos, para evitar que tenga que salir Tudanca a pasar el trance de banderillas sin saber si tiene que picar a Urtasun o echar un capote a Page. Pablos es salmantino. En tierras charras atacar la tauromaquia es un suicidio político, más que en ninguna otra latitud de Castilla y León. En cualquier caso, el PSOE de Castilla y León no va a librar de la tromba que le viene, como no libra el PP de la que le está cayendo con la Ley de Concordia. Tanta concordia tiene encabronado al personal. Por cierto, podía estar igual de diligente Urtasun para atender los arcos de San Juan de Duero en Soria, una joya inigualable, que cualquier día se cae a trozos. Pero él no está para hacer faena. Con unos capotazos electorales salva la feria. Están a dos comicios de recibir el tercer aviso.