El urogallo está cachondo
HORA ERA DE que después de 38 años de gobiernos ininterrumpidos del PP en Castilla y León alguien se preocupara de una vez por todas de la salud y tranquilidad sexual del urogallo. Ya era hora de que un consejero del ramo cogiera el toro por los cuernos y se ocupara de que tan insigne como inimaginable ave que un día pobló los montes del Alto Sil, allá donde el Bierzo se hace lacianiego, y Laciana se funde con Asturias, pudiera copular con dicha y sosiego. Atención, estos días el urogallo está cachondo. Por tal motivo, y coincidiendo con la festividad de Castilla y León, y unos cuantos días más, el titular de la cartera de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, ha declarado restringido el acceso a esos lugares en los que el urogallo anda sacudiendo la polaina. Eso es vivir apegado al territorio, y a los problemas reales del urogallo, al que Europa ha endosado seis millones de euros en un programa de reproducción y repoblación del icónico ave de los montes lacianiegos y asturianos. Europa siempre espléndida con el urogallo. Más o menos nos va a salir a doscientos mil el urogallo. El urogallo se extinguió, no por la caza, que también, sino porque acabó siendo el último de la cadena alimentaria del monte y siempre hay algún carnívoro más grande que se lo acababa zampando. Es la evolución de las especies. Lo de la reproducción consiste en que unos veterinarios llevan el onanismo a sus últimas consecuencias, urogallo en ristre. Atentos a la canción del verano en el occidente leonés. ¿Quién pudiera tener la dicha que tiene el urogallo? Racatapun chinchin el urogallo sube. Echa su polvorete racatapun chinchin. Y él se sacude. Si estos días hacen senderismo por la zona no se sorprendan si se encuentran prohibiciones de acceso y estancia. El urogallo está cachondo como una burra. Y quiere sosiego. Y la Junta, otra cosa no, pero en sosiego es una balsa de aceite, sobre todo si del urogallo se trata. Verás cuando empiecen con los tríos de unicornios.