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En el extremo más norteño de Burgos en el límite con la provincia de Vizcaya varios pueblos se asoman a la frontera, la muga que dicen los vascos. Son entidades locales menores con muy poca población como Bortedo, Antuñano, Bárcena o la mayor de todas El Berrón que tiene 54 habitantes y goza de su propia parada del ferrocarril de Feve que comunica la localidad leonesa de La Robla con Bilbao. Pertenecen al municipio de Valle de Mena, que cuenta con un porrón de pedanías a su cargo. Nada menos que 129 pueblos que en su conjunto suman poquito más de 4.000 habitantes. Desde Bortedo a Balmaseda hay seis kilómetros y medio y nada más cruzar a la comarca vasca de las Encartaciones ya aparece un polígono industrial siguiendo por esa carretera unos treinta kilómetros se llega a Bilbao. Media hora en coche si no hay atasco en el Botxo. Burgos, en cambio, está a 120 kilometros de distancia. Este y otros muchos pueblos de esta preciosa zona d e la provincia de Burgos mirán lógicamente hacia Bilbao más que a la capital provincial aunque Valle de Mena y el resto de las Merindades tienen mucha actividad y mucha conexión entre los pueblos. Pero lo que no tienen son infraestructuras en condiciones. Desde hace muchos años se reclama en esta comarca el desdoblamiento de la carretera CL-629, que es de titularidad autonómica. Es un clamor popular respaldado por muchos ayuntamientos y empresas la reivindicación histórica de que esta vía se pudiera convertir en la autovía A-629 desde Bercedo hasta Vizcaya. Más aún, se plantea la quimera de que pudiera ampliarse el corredor del Cadagua, que discurre desde Bilbao por las Encartaciones, hasta llegar a Balmaseda y conectar con esa deseeada vía rápida para el norte de Burgos. De momento, no será ni una cosa ni otra. La Junta no contempla en el presupuesto de 2024 ninguna partida porque está aún en fase de diseñar una solución que han dado en llamar de 2+1, que no es otra cosa que una vía rápida. Por mi experiencia personal en la comunidad gallega con ese tipo de carreteras de media capacidad es que son peligrosas y a la larga la tendencia es a convertirlas en autovías, por lo que es mejor optar por un planteamiento ambicioso y construir la autovía del valle de Mena cuanto antes. Esperemos que el ruido de fonde que se está levantando sobre este proyecto con intereses partidistas no impida que se lleve adelante y que Las Merindades puedan contar con una salida rápida y segura hacia el Gran Bilbao que, a buen seguro, beneficiará a la empresas locales y al sector turístico. Y, lo mejor de todo, esta autovía no la tendría que hacer el Ministerio de Óscar Puente, con lo que el primer escollo está ya salvado.