Gallardo mete el dedo en el ojo
El vicepresidente de la Junta, que es amigo del PP, con el que gobierna la Junta, la ha emprendido con Ayuso, Isabel Díaz, que tiene un novio que anda con cuitas y pleitos con Hacienda. Tiene pinta de que Juan García Gallardo ha cogido carrera en Twitter contra la presidenta madrileña y no va a frenar en seco, a la vista de que el asunto le reporta esa notoriedad mediática que tanto gusta a la política nueva, que no es la misma que la antigua nueva política, porque esa desapareció con el paso de la urnas. De paso Gallardo, que tonto no es, y está bien instruido en los cuarteles de invierno de Bambú, le mete el dedo en el ojo al socio, así como el del chiste mientras pregunta «¿molesto, molesto?». Y esto incomoda, porque viene de un presunto amigo, en Cibeles. Y si incomoda en Cibeles, acabará incomodando en Génova. Y si incomoda en Génova acabará, por simpatía y extensión, incomodando en el Colegio de la Asunción de Valladolid, que no es otra cosa que la sede del gobierno de la Junta que comparten PP y VOX. No se alarmen. Es metalenguaje entre socios. Algo querrá Gallardo y sabe cómo llamar la atención sin necesidad de pedirlo directamente. Un par de tuits más y atenderán sus plegarias, y se acabarán los tuits. Todo estrategia. Todo medido. No se apuren. No se romperá el gobierno de la Junta, y menos por causa de Ayuso. El gobierno seguirá la travesía hasta final de la legislatura, pese a que la inquietud del cuento del pastor y el lobo sigue sobrevolando al PSOE de Tudanca. La vocación de Mañueco, que es el único que tiene acceso al botón rojo, es acabar mandato, más o menos. Mañueco es el único animal que no tropieza dos veces con el mismo adelanto. Entre el botón rojo y la urna hay dos meses. El vértigo actual no garantiza nada en dos meses. Dos meses son un suspiro en la vida y un mundo en política. Estás en pleno Koldo y cuando menos te lo esperas salta una Ayuso, con novio y un MAR, que viene de serie.