Presupuestos regionales, realidades y desafíos
Castilla y León ya tiene nuevos presupuestos para este año 2024 y el dato más llamativo es que son los más elevados de la historia de nuestra región. Este hecho merece una reflexión sosegada que permita comprender cuáles son los ingresos con los que se va a contar para hacer frente al gasto y, de esta forma, garantizar la eficiencia, eficacia y equidad de los servicios públicos.
Destaca la cifra total de 14.562 millones de euros, un 5,45% superior respecto del presupuesto del año anterior, donde el aumento de los ingresos pasa por el aumento de la recaudación patrimonial y los impuestos indirectos, que gravan la utilización de la riqueza y el consumo. No debemos olvidar que es el ciudadano, a través de la economía familiar, el que dinamiza el panorama socioeconómico de Castilla y León y el que permite generar flujos de consumo que repercuten en positivo en las arcas públicas, así como en la atracción de nuevas inversiones empresariales que deseen asentarse en nuestra geografía regional creando una mayor actividad económica. En este sentido, es importante que se apueste por los beneficios fiscales en tributos como el IRPF, con deducciones por nacimientos en el medio rural, o las bonificaciones totales en transmisiones patrimoniales por el arrendamiento de fincas rústicas.
Es una realidad que la mayor parte del gasto irá destinado a la política social, en concreto en Sanidad, Educación y Servicios Sociales, tres áreas en donde Castilla y León es referente nacional e internacional. Pero no debemos dejar de lado los Fondos Next Generation, los cuales superan los 445 millones de euros en el Presupuesto para este año, una cantidad resultante tanto del Fondo de Transición Justa, como del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, así como de los Fondos Desarrollo Rural. En este sentido, la sociedad debe reclamar a los administradores de estos Fondos responsabilidad y altas dosis de coherencia, a la hora de gestionar y administrar los mismos ya que todavía no han llegado con la suficiente intensidad al sector privado generador de la actividad económica de la región, a través de la creación de empleo, haciendo aumentar el consumo verdadero motor de la economía regional.
En un momento de desaceleración económica, donde parece que la inflación comienza a dar tregua por la reducción de los precios de la electricidad, principalmente, no debemos olvidar la tasa de inflación subyacente y el previsible ritmo que se prevé del mercado exterior en este año 2024, lejos de los índices marcados en el 2023, ya que gran parte de nuestras exportaciones se dirigen a países como Alemania y Francia que tienen un crecimiento económico plano y que está provocando una reducción de sus importaciones a Castilla y León disminuyendo con ello la actividad económica regional y por ende los ingresos que deben soportar el gasto presupuestado con consecuencias directas en el déficit y la deuda pública.
Por ello, la prioridad es garantizar un crecimiento económico, sostenido en el tiempo, favoreciendo el ahorro y dando estabilidad en el empleo verdadero actor que ha sorteado, hasta el momento, los vaivenes socioeconómicos y garantizando que el consumo de los hogares se mantenga en los niveles actuales de gasto compensando, de alguna forma, la disminución de las exportaciones regionales.
Así mismo, y sin olvidar que las cuentas públicas deben reflejar la realidad actual de la región, es importante tener en cuenta algunos desafíos a los que debe hacer frente este Presupuesto regional, como es la incertidumbre de ciudadanos, empresas y mercados, que se está acrecentando en los últimos meses de forma exponencial; la brecha generacional que separa a los trabajadores más jóvenes de los senior en un mercado laboral con un alto grado de temporalidad que no ayuda a dar confianza y seguridad; las condiciones de financiación que están empezando a ser problemáticas para mantener los niveles de consumo necesarios; las tensiones geopolíticas por la guerra en Ucrania e Israel, que sin duda tiene repercusiones en nuestro territorio; así como afrontar con determinación que uno de los principales objetivos de cualquier Gobierno debe ser recuperar la senda del crecimiento, que aunque lenta y con factores desestabilizantes, es fundamental evitar un crecimiento plano de la economía que puede ser el preludio de una recesión.
¿Responden estos Presupuestos a la realidad de Castilla y León? Quizá en la mayoría de las partidas sí, aunque existen otras que podrían considerarse de ilusionantes y otras de continuistas que deberían haberse afrontado con reformas estructurales valientes, donde las inversiones en infraestructuras, formación y adaptación a las nuevas tecnologías son determinantes para garantizar el crecimiento económico y la calidad de vida de los ciudadanos.
Juan Carlos De Margarida es Presidente de Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora.