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Miguel Latorre en una imagen de archivo.- MARIO TEJEDOR

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La subdelegación del Gobierno de Soria parece la ‘casa de tócame Koldo’. Los expedientes sancionadores aparecen y desaparecen en tiempo real, al calor del populismo. Y para que no quepa dudas, en un reciente pleno el presidente de la Diputación de Soria, Benito Serrano, transparente y traslucido, como es él, dejó en paños menores al subdelegado, el ingeniero metido a político Miguel Latorre. Y lo hizo en público y grabado está. Serrano relataba en la sesión plenaria la necesidad de revertir una treintena de expedientes sancionadores contra agricultores pacíficos por sus protestas pacíficas mientras se inauguraba un cuartel de la Guardia Civil. La tecnología permitió que en medio del pleno, retransmitido por internet, un periodista mensajeara al presidente indicándole que no había ningún expediente contra agricultores en la Subdelegación, según la propia Subdelegación, que, por lo visto, no dice la verdad ni al médico, y menos a Serrano. Y, evidentemente, Serrano estaba indispuesto a quedar delante del plenario de su corporación provincial como un cantamañanas. Y entonces soltó la bomba: A él se lo contó en una cena el subdelegado. Dijo literalmente el Delegado del Gobierno, pero fue un traspiés, porque Nicanor Sen no ha cenado en su vida con Serrano, y es más que probable que no lo haga nunca a la vista del nivel de discreción que gastan en Soria los políticos. Es decir, que los expedientes sancionadores en la Subdelegación de Soria aparecen y desaparecen en virtud de la necesidad política y de lo que apriete Ábalos y su escándalo. No estaría de más que todos los multados por la Benemérita en esa provincia acudieran a la Diputación en busca de rescate y recurso. Un pleno de Serrano bastará para aliviar a los multados de sufragar con billetes y puntos del carné a la DGT. Es tirar de las orejas Serrano a Latorre y desaparecen las multas. Cacharreo en la Subdelegación de Soria. Nivel Koldo.