Los tiempos de bonanza, un contexto para el progreso común de todos
LOS DATOS DEL EMPLEO, en sintonía con el conjunto del país, siguen mostrando una tendencia positiva y disipando los augurios de quienes no dejan de pronosticar el apocalipsis, pese a lo complejo de la situación internacional. Castilla y León muestra fortaleza en el empleo. Pero el músculo es dispar en los territorios. Burgos sigue siendo una locomotora, como lo es el gran eje industrial que une la provincia burgalesa con Valladolid a través de Palencia. El Oeste sigue resintiéndose con fuerza. Porque no hay que ver sólo un mes puntual. Hay que analizar el proceder del mercado laboral a lo largo de secuencias y temporalidades. Hay provincias y territorios fuertes, que cada vez son más fuertes. La acción política debe centrarse en afianzar esas fortalezas. Pero también las políticas públicas deben, al mismo tiempo, centrar sus acciones en los territorios más debilitados no sólo por el desempleo, sino por la pérdida de población, que contribuye a enmascarar una cifras que son más preocupantes de lo que parece en una mensualidad del INE.
Provincias como Zamora, León y Ávila requieren que se aceleren las inversiones en infraestructuras pendientes o empantanadas. Pero también requieren de la administración más cercana y competente en políticas laborales, la Junta de Castilla y León, abordar acciones que reactiven el empleo en sectores estratégicos, como puede ser la logística, la energía, la agricultura, la ganadería, la industria agroalimentaria, por citar algunos ejemplos, para que no tengan una excesiva dependencia del sector servicios y la temporalidad.
Las inversiones empresariales tienen que llegar a todos los territorios, aunque algunos, por su situación geoestratégica sean más favorables a atraer desembarcos de empresas.
La acción política tiene que estar encaminada a atajar, poco a poco y sin descanso, las brechas territoriales, los desajustes y los desequilibrios. Igualdad para todos. Eso que pide el gobierno de la Junta en el mapa nacional, pero que también tiene que aplicar con dedicación, con fuerza y con convicción en su propio mapa. Hay que practicar lo mismo que se pide a otros. Y hay que vivir igual que se predica. Por eso es importante que Castilla y León en su conjunto avance y progrese al mismo ritmo, sin que nadie se quede atrás. Las debilidades de los territorios son las debilidades de Castilla y León. Por eso hay que emplear las políticas públicas en potenciar las fortalezas para propiciar la igualdad en el desarrollo del mercado laboral. Y estos tiempos de bonanza, pese a los agoreros, son el mejor momento crecer juntos.