Punto y final a Despilfarro Ski

Es tiempo y hora de que el mayor despilfarro de la historia política de Castilla y León tenga su mármol y su día, después de miles de días acumulando gasto inservible e inútil. Meseta Ski, que nació como lo que parecía un atractivo proyecto para revitalizar turísticamente Tordesillas y su entorno con una  pista de nieve artificial en la que poder practicar descensos en cualquier época del año, acabó siendo Despilfarro Ski. Más de doce millones de euros desperdigados en una ruina abandonada. Abandonada, pero vigilada a costa del dinero público. La Diputación de Valladolid lleva gastado 900.000 euros en la vigilancia de los restos de Meseta Ski. El despilfarro que no cesa. 

No seguir tirando dinero público es motivo más que suficiente como para que el gobierno de la Diputación, a cuyo frente está Conrado Íscar, decida de forma inmediata cual es el destino de Meseta Ski, si es que tiene alguno. Aunque el despilfarro lo heredó Íscar y su equipo, han tenido casi cinco años, los que llevan al frente de la institución provincial para decidir algo más que alargar la agonía del despilfarro prorrogando los contratos de vigilancia. Es hora de que se decida, como acertadamente ha pedido el PSOE, que no es ajeno a la ruina y el despilfarro, ni mucho menos, qué se va a hacer con eso. No seguir acumulando años y derroche y pasar la pelota a otros que vengan. La desidia y la indolencia no pueden legislar en política, y menos a costa del dinero público. Otra cosa es que decidan ponerlo de sus bolsillos. Algo que, a todas luces, es una quimera, como bien sabemos. Los políticos sacar, sacan, pero poner, no ponen. Ponemos los ciudadanos, y en ocasiones, como en Meseta Ski, no sacamos nada a cambio.

No debe tardar mucho en tomar decisiones Conrado Íscar. Es su obligación y debe ser su convicción. Especialmente, porque, por si fuera poco, sobre Meseta Ski se cierne un juicio por corrupción en el que está imputado un antiguo dirigente de la Diputación, político todavía en activo al frente del consistorio de Olmedo, por los sobrecostes del proyecto. 

Y el PSOE hace bien, desde la oposición, que ejerce con escaso ritmo, en pedir una solución al asunto. Aunque no está para alardes. No hay que olvidar que la ruina de Meseta Ski se fraguó en una sentencia que tumbó el proyecto, ya construido, porque el consistorio de Tordesillas ocultó en sus informes que ese monte estaba vedado a actuaciones urbanísticas al haber sido objeto de un incendio forestal. El alcalde era Emilio Álvarez Villacián, al que el PSOE luego premió, primero con un puesto en el Senado y luego al frente de la Subdelegación del Gobierno de Valladolid. Y que siempre lució y presumió de ser el impulsor del proyecto con la Diputación, hasta que vinieron judicialmente mal dadas y se puso de perfil, e incluso se ofendía cuando se le recordaba su participación en el asunto, junto al PP. Ese tan peculiar PSOE  que nos sorprende a menudo no practicando lo que tanto predica, pregona y arenga para el resto.