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Ya lo decía Bono (el de U2, no el manchego). Cambiamos de año pero nada cambia, todo sigue igual. Los años, como los coches, deberían poder clasificarse en nuevos, seminuevos o de ocasión dependiendo del lugar donde viva cada uno. La repetida igualdad de la que hace gala el Gobierno de España no es más que una falacia que esconde la permanente discriminación social, económica y territorial a la que nos hemos acostumbrado.

Desde aquí deseamos la máxima felicidad a los lectores durante este recién estrenado 2024 pero la realidad es que las posibilidades de conseguirla dependen en gran medida del lugar de residencia. Por desgracia las oportunidades de progreso de ciudadanos, familias y empresas no son, ni mucho menos, las mismas en Castilla y León, en Extremadura, en Madrid, en Barcelona o en el País Vasco. Basta revisar las previsiones de crecimiento del PIB regional de las distintas Comunidades Autónomas para adivinar un escenario macroeconómico marcado por la desigualdad.

Según esas previsiones las malas perspectivas sobre el crecimiento de la demanda y las incertidumbres económicas durante el recién estrenado 2024 profundizarán el estancamiento histórico de regiones como Extremadura, Andalucía, Castilla y León o Castilla la Mancha frente a regiones como Cataluña o País Vasco favorecidas política y financieramente por el Gobierno. Bien es cierto, por otra parte, que las previsiones económicas fallan más que una escopeta de feria. Caso aparte es el de Madrid donde se concentran la mayor parte de empresas del Ibex-35 y las grandes empresas multinacionales que han obtenido en el pasado ejercicio beneficios históricos. Y eso se nota tan sólo con darse una vuelta por los barrios céntricos de la capital donde surgen como setas tiendas, restaurantes y supermercados de lujo frente a la cantidad de locales vacíos en los centros de las ciudades de Castilla y León.

No obstante, debemos empezar el año con optimismo convencidos de que, desde la estabilidad política en Castilla y León, seremos capaces de superar los retos poblacionales, económicos y de empleo que tenemos por delante. La inflación parece que va moderándose y el mercado de trabajo mantiene datos favorables puesto que las empresas de nuestra región no están reduciendo sus puestos de trabajo a pesar de la incertidumbre. Por otra parte la evolución de los tipos de interés también es esperanzadora y la subida de salarios mantiene, hasta el momento, el consumo interno. A pesar de ello el Director de Ecova Estudios Juan Carlos de Margarida afirma que en 2024 los políticos se tendrán que apretar más el cinturón que los ciudadanos. Esperemos que no dependa de eso para tener un feliz año nuevo o seminuevo.