Cano, mejor persona, imposible
Ya hay nuevo inquilino en la Delegación del Gobierno de Castilla y León. Mejor político, seguramente era posible. Mejor persona, Moncloa no ha podido encontrar. Y no es una opinión. Lo dice su trayectoria vital y política. Sólo alguien con altura y bondad esta a la altura en los momentos personales de la vida en el ejercicio del cargo. Lo de Nicanor Sen Vélez, ‘Cano’, está al alcance de muy escasas personas. Y por si fuera poco, todo aderezado con cierta timidez, enorme discreción y sólida prudencia. Pero que nadie intuya debilidad o mansedumbre. La determinación sin estridencias también está entre sus cualidades. Pusilánimes no los quiere ni Moncloa. Con lo cual, los afamados y ridículos vídeos musicales que los estrategas le endosaban a la antecesora de Sen, para desprestigio propio, tienen los días contados. Se acabó el culto al cuerpo. Llega el culto al cargo y a la institución. Primero llegó Ferraz con la guadaña, ya lo avisamos con tiempo. Ahora llega la escabechina. Habrá cambios en las subdelegaciones. No lo duden. ¿En todas? Quizás no. En muchas. Seguro. Vayan haciendo las maletas en Valladolid, León y Salamanca. Aunque se vaticina que la renovación va a ser profunda. Sin prisa, pero sin pausa. Se comerán el turrón y poco más. Tras la estela de los Magos de Oriente empezará el cambio. Y en el asunto no va a meter ni el hocico ni el cuezo la dirección autonómica del PSOE, arrinconada en la trinchera izquierda del hemiciclo regional, visto desde el lugar que mira Carlos Pollán, el presidente del citado hemiciclo, también llamado Cortes de Castilla y León. El asunto lo digerirá Sen y Ferraz, con la participación imprescindible de algún ministro vallisoletano de Transportes, del que no se puede desvelar su identidad por el momento. La guadaña de Ferraz, como la sombra de los cipreses de Delibes, es alargada. Y afeita un huevo.