Cerrar

Francisco Vázquez, Carlos Pollán y Ana Sánchez, vicepresidente primero, presidente y vicepresidenta segunda de la Mesa de las Cortes.- ICAL

Creado:

Actualizado:

Es infortunio el que tenemos en Castilla y León con la política. Estos del gobierno del PP y VOX no son capaces de consensuar la sanidad o cosas de esas de la gente con estos de la oposición, y viceversa, como Joaquín Sabina. Y eso que el esfuerzo es supremo, sobre todo presupuestario, a la vista del rosario de inservibles comisiones que se programan para que los parlamentarios sin momio fijo facturen. Billetes. Las Cortes nuestras de cada día. Sin embargo, para el asunto de los billetes logran unos consensos abrumadores. No hay reparo ideológico de conciliar PSOE con VOX y PP, y viceversa, como Joaquín Sabina. Y son humildes, eso sí. Lo perpetran con discreción veraniega, al calor del periodo electoral y con la autoría intelectual del mayor de los letrados del hemiciclo nacarado. Pensaron: «Se va a notar un huevo que estamos alicatando a los sin nómina con sueldos encubiertos de 2.000 euretes mensuales de curso legal por hacer poco menos que nada». Dijo el letrado, «espera que tengo una idea que le vi a un tal Bárcenas, ponemos iniciales y no se entera ni Cristo». Y venga, consenso que dios te crió en las cañerías de la Mesa de las Cortes. Porque claro, muchos de esos que se llevan los 2.000 limpios de polvo y paja al mes, kilometrajes a parte, porque ese capítulo merece un aparte, tienen sus oficios de funcionarios de máximo nivel. Lo que viene a ser sobresueldos a decir de lo que dicen los políticos de los contrarios. Hacienda le llama tener dos pagadores y ningún trabajador. Conclusión, lo políticos mejor pagados del planeta Calleja. Y sin carga sobre los hombros, más allá de acudir a unas comisiones cuando cuadra el viaje,  y a los plenos, un rato, que para eso esta la cafetería abierta. Con fichar es suficiente para facturar. Y así van a acumulando en la ruleta de la fortuna parlamentaria. Un lugar que concita a 81 políticos elegidos por nosotros a dirimir no la sanidad, sí sus billetes.