Más claro agua
Con este aviso –«¡tate, tate, folloncicos!»– se cierra El Quijote, dando a entender que, a cualquier escritor –y para alivio de la peor política–, le sale un émulo «fingido y tordesillesco», saltándose «todos los fueros de la muerte»para llevarte al pudridero. Pues con este cepo abatible,quieren cargarse también al escritor, y consejero de Cultura de la Junta de Castilla León, Gonzalo Santonja.
Relata este periódico que el escritor salmantino ha puesto una querella al director del Instituto Cervantes –Luis García Montero–, al diputado socialista –Óscar Puente–, y al secretario general de los socialistas de Castilla y León –Luis Tudanca–, por supuestas injurias: dan como segura su «pertenencia a ETA». El señor García, condenado por injurias en 2008, está en el origen de esta conjura al publicar estas zalabardas: que el señor Santonja transita de «ETA a Vox» con impunidad, que «nunca le conocí una idea decente», que él «y sus amistades están detrás de la publicación del libro de la señora Mateo» -la viuda de Alberti–, y que con su estela de etarra liberado«se ha ido con su violencia a otra parte».
¿Quién soporta esta adenda criminosa en un currículum brillante? Santonja no, y lo ha denunciado. Desde la Transición, conozco al escritor y catedrático de la Complutense en sus libros, ensayos, artículos, charlas, y conversaciones, y siempre, siempre, disertando sobre el mismo tema: que la Guerra Civil –él acuñó el término de «guerra incivil»– se hizo contra la civilidad, y que fuera de este humanismo la Transición no tenía sentido, y que nada ni nadie, por muy sanchista que sea, está por encima de este compromiso fundante. Razón decisiva sólo ETA ha escrito un libro de horrores: el del tiro sin retroceso en la nunca. Más claro agua.