Terroristas y forajidos
El “ex alcalde” de Valladolid Óscar Puente hace méritos para ser ministro del nuevo gobierno Frankenstein, el que Sánchez remendará con retales grotescos difíciles de hilvanar. Ya sabíamos que Óscar es un bravucón al que oímos gimotear vergonzosamente en Parquesol cuando sintió – eso dijo – “un dolor indescriptible”. Se dibujó a sí mismo. Exhaló gimoteos y alaridos por los que sentí vergüenza ajena. Ahora, para seguir en el candelero y demostrar que sus cualidades pro-sanchistas están a la altura de las circunstancias, le dio por seguir las calumnias vertidas por García Montero, el poeta altivo, soberbio y aprovechado al que leía Aznar… y que, como compensación a no sé qué méritos, obtuvo ese mismo año el Premio Nacional de Poesía. Ja, ja, ja. La historia de siempre.
Dijo Óscar Puente - otro de los pinochos del sanchismo - que ya había advertido de la pertenencia de Santonja a ETA. Dijo eso y se quedó tan ancho. Pero NO escuché que lo hubiera dicho cuando perteneciendo al Patronato del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua todo eran alabanzas y parabienes para el director. Recuerdo a su concejala Ana Muñoz aplaudir y laudar a Santonja, en nombre de su alcalde, por todo lo que hacía y por lo bien que lo hacía. Pero Óscar Puente necesitaba más demostraciones de poderío para que Sánchez se planteara ofrecerle un ministerio. Y, seguramente, por eso, ha compartido las disparatadas calumnias urdidas por García Montero, el viudo ruin de Rafael Alberti, que lo expulsó de su vida inapelablemente y cuya desvergüenza machista ha sido puesta en claro, primero, por María Asunción Mateo en su libro cargado de pruebas y documentos y a continuación por Anna Caballe, intelectual de referencia en el feminismo. Abrumado y sin argumentos, García Montero urde una patraña política para desviar la atención. Esas cosas se dicen en el juzgado o en la policía y se exponen unas mínimas pruebas de tal barbaridad. Y si tales afirmaciones son ciertas se denuncian, pues al no hacerlo se es cómplice, partícipe y encubridor de un asesinato ¡Casi nada!
Es lamentable que la política llegue a tales callejones por los que discurren pestilencias y que sean capaces de decir estas cosas los que ya pactaron con Otegui y pactarán con Otegui: el que ha sido juzgado y condenado por terrorista. Quieren meter a todos en su saco. Es la manera ruin de hacer política miserable. De hundir a los demás con esos fangos. Óscar Puente es un bocazas que se envalentona ante la posibilidad de gobernar. Todo eso sucede al mismo tiempo que Pedro Sánchez propone una ley de amnistía que legitima y legaliza a terroristas, a forajidos y a otros especímenes de idéntica calaña.