Agencia de colocación

IGNOMINIOSO Y DELEZNABLE. Sólo así se pueden calificar el acto y las afirmaciones del vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, plantándose delante del balneario de Medina del Campo en el que permanecen realojadas una serie de personas, nada importa el número y de dónde vengan, para poco menos que criminalizarlas y ponerlas en el foco como elementos que generan inseguridad. Y, no contento con eso, arremeter contra las oenegés acusándolas de colaborar con las mafias de la inmigración. Olvida el vicepresidente que todas estas oenegés a las que acusa y señala, eso sí sin prueba alguna, son estrechas colaboradoras de la Junta. Y, si duda, que le pregunte a la consejera de Familia. Un ignominioso acto y unas deleznables palabras que son aún más graves porque vienen de un cargo público, de nada más y nada menos que el número dos del Gobierno de Castilla y León, que visto lo visto hace de su capa un sayo, decide ser él quien fije la posición de la Junta y lo hace con nocturnidad, alevosía y horas antes del Consejo de Gobierno. De nada sirve que horas después desde el Ejecutivo autonómico su portavoz le desautorice para decir que la posición de la Junta en materia de inmigración la fijan el presidente y la consejera de Familia. Y menos si ésta llega con la coletilla, esa que tanto le gusta utilizar a la parte del PP del Ejecutivo autonómico cada vez que el vicepresidente suelta algún exabrupto, de que Gallardo habla en nombre de VOX. A ver si va a resultar que cuando Yolanda Díaz se reúne con el fugado Puigdemont, para el PP lo hace como vicepresidenta y es el Gobierno quien se reúne y Gallardo sólo habla como vicepresidente de la Junta de 7 a 9 o para decir buenos días, buenas tardes y buenas noches. Gallardo es vicepresidente a tiempo completo y, en este asunto de la inmigración, ya está tardando el presidente de la Junta en poner pie en pared, como hizo con el aborto, y frenar en seco a VOX. Y es que más allá de que el Gobierno, con la delegada incluida, haya sido desleal con Castilla y León, que lo ha sido, al no informar sobre el realojo de los migrantes, nada justifica lo hecho y dicho por el vicepresidente de la Junta. Y, hablando de justificar, ¿cuáles son los méritos del incompetente ex presidente de las Cortes, Luis Fuentes, que justifiquen el nuevo cargo de delegado para el Corredor Atlántico que le regalan a cuenta del dinero de todos? No lo piensen, es fácil, ninguno. Más allá de ser otro naranjito de Ciudadanos a quien la agencia de colocación del PP en la Junta coloca a dedo. ¿De verdad no hay nadie entre el amplio personal de la Consejería de Movilidad que pueda ejercer ese puesto? Antes de que empiece a hablar que alguien le diga a Luis Fuentes por dónde irá el Corredor Atlántico. Mejor, qué es y dónde está el Atlántico. ¡Cuánta desfachatez!