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Un señor observa los anuncios de venta y alquiler de viviendas en una inmobiliaria. -ICAL

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Sea como la cosa eso de que las ayudas a la vivienda se paguen a año vencido, como que no resulta congruente ni consecuente con el fin que persigue. Se supone que quien tal subvención recibe es que la precisa y la necesita. Una de dos, o no han pagado el alquiler, con riesgo de ser desahuciados, o han dejado de comer un par de meses. Lo más atroz de todo es contemplar a los dirigentes de la cosa de la Junta que lleva el asunto, los de Vivienda de la Consejería de Medio Ambiente, justificando lo injustificable. Las ayudas y subvenciones, a ver si se enteran de una puñetera vez y ocasión los indolentes de la política, tienen su eficacia en la agilidad. Si el que alquila piso depende de la ayuda para alquilarlo, ¿de dónde va a sacar el dinero de todo el año para completar el alquiler? Denle una vuelta a todo este asunto porque merece la pena y déjense de monsergas y de soluciones decimonónicas para resolver problemas del siglo actual. Pongan un poco de brío, ingenio y ganas de trabajar, que de eso no abunda en la consejería en cuestión y menos en el departamento de Vivienda, porque para el postureo y las fotos se les ve con tiempo más que de sobra, que les gusta vender los asuntos que tienen sin rematar un ciento de veces. Más trabajar y menos samba fotográfica. Ahora se les han amontonado las ayudas al alquiler de viviendas de este año con las que tienen sin resolver del año pasado. El día que paguen las ayudas, entre la escalada de la inflación, los tipos  de interés a los que nos someten los indecentes del Banco Central Europeo y el precio del lechazo a más de un receptor lo pueden encontrar pidiendo en la vallisoletana calle Rigoberto Cortejoso, pidiendo a las puertas de la Consejería de Agricultura, que comparte edificio y brío administrativo y político con el departamento de Vivienda. Eso sí, ellos no cobran con un año de demora. A ellos los billetes les caen de la política todos los meses, aunque no la marquen, que es lo habitual.