Sánchez y su erre que erre
DESEA que le voten y le sigan votando para ser, otra vez, Presidente del Gobierno y por eso se ofusca en la nueva investidura por todos los recovecos españoles, europeos y mundiales; porque está empecinado con que vuelvan a elevarlo a la presidencia del gobierno, por la gracia de Otegui y Puigdemont. Todo ello, desajustando, zarandeando y meneando la extraña e inmisericorde legión de partidos regionales, proetarras, separatistas, prejuiciosos, cismáticos y radicalizados que le habrán de apoyar - seguro que le apoyan - para que se decida a fragmentar, liquidar y derogar, de una vez por todas, este país sumiso y obediente.
Sánchez está obcecado y fascinado con volver a ser presidente de una amalgama ingobernable y ridícula que contará de nuevo con ‘veintimuchos’ ministerios encargados de deshacer lo que habíamos conseguido levantar entre todos. Tiene, naturalmente, que repartir los pasteles que le piden, y como no los tiene, ni sabe fabricarlos, mendiga hasta extremos insospechados. Ha pedido que el catalán, el vasco y el gallego sean idiomas oficiales de la Unión Europea. De momento le han dicho que a esperar, ya que si en Europa acceden, es que hay, seguramente, intereses ocultos que no alcanzo a comprender y si lo alcanzo, no lo quiero explicar… Ya hay más de 20 idiomas oficiales y otros más de 60 que se hablan en las diferentes regiones de la Comunidad Europea ¡Menudo galimatías! ¡Menuda confusión! ¡Menuda algarabía! Pues un idioma es lo que une y si no, que repasen la Biblia, coño, que se enteren de lo que sucedió en la Torre de Babel. Que hay que ser ridículo y muy grotesco para no sospechar la realidad, anhelando que te hagan ‘presidente presionado’, estrujado y exprimido por algunos huidos de la justicia y condenados por terrorismo. O que te obliguen a acabar con la España que habíamos definido en La Constitución que votamos libremente los españoles.
Sánchez conseguirá hacer su nuevo gabinete de ‘veintitantos’ o quizá ‘trentaitantos’, si se tercia. De esos que hablan mucho y hacen poco.
Puigdemont ha humillado al presidente y a todos los españoles, y tal embrollo chocará con los intereses de la España endeudada y comprometida con Europa, Marruecos y otros muchos países que saben que ya vamos ‘cuesta abajo y sin frenos’.
Es la combinación irrefutable que abate y empobrece las ciudades, las villas y los pueblos para que no quede títere con cabeza. Pero, eso sí, la oposición del socialismo, desde el propio socialismo pisa fuerte. Felipe, Guerra, Redondo, y otros cuantos se mecen en la sima escurridiza de la ‘deslealtad’ al abuelo. Ya no le hacen ni caso. No le quieren. No van a visitarlo. Han metido al abuelo en el asilo y al tío abuelo también ¡Hay que joderse!